Peor no se pudo empezar. Menos mal que veníamos de un fin de semana de fiesta para preparar el partido y remontar el vuelo. El inicio fue terrible. Recibir el primer gol en el minuto tres, con nuestro estado anímico, era casi mortal. El equipo se resintió sabiendo que era puro profesionalismo remontar el vuelo. Intentó lo imposible para girar el marcador. El más incisivo fue Wu Lei. El chino marcó el empate al filo del descanso y se peleó contra todo lo que se movía. Un carácter impropio de un asiático pero celebrado por la afición. Tiró de carácter y mucho desgaste físico para ofrecer lo mejor de sí mismo. En la segunda parte esperábamos ver otro equipo al clásico de esta temporada en los siguientes 45 minutos. Así fue y, pese a que la necesidad nos desordenó debido al pundonor demostrado, el equipo no pudo pasar del empate.
Primer punto cosechado en Cornellà de la temporada. Mirar la clasificación duele y preocupa. Estamos muy abajo. No despegamos. Jueves Europa, pero con más intención de ahorrar energías y efectivos cara a la liga ya que las fechas van avanzando y no se vislumbran signos de recuperación. El lastre es muy grande. Todo pesa demasiado y necesitamos mucha paciencia. Los resultados no llegan y cuanto más tarden peor. La presión aprieta semana tras semana. No hay medicina posible. Solo ganar, puntuar y escalar posiciones. Rezar también es una buena técnica. Necesitamos ayuda de donde sea. Si algún día la buena suerte nos da un empujón también se agradecería, porque de momento todo va en contra. Ilusión y ganas no faltan, pero sabemos que esa no es la receta. Trabajo, confianza y tranquilidad se recetan, pero hay que tener una gran experiencia para llevarlo a cabo. Los turrones serán amargos. Ni las fiestas respetamos.