“Si me queréis, irse”, gritaba Lola Flores. Una frase que caló en el imaginario colectivo y que viene a ser lo que nuestro querido Espanyol grita a pleno pulmón mientras lo llevan, a marchas forzadas, al borde del abismo. Y no, no exagero. Económicamente, el mítico ‘saneados’ ya no cuela. Volverán a haber pérdidas y falta de inversión. Deportivamente, en el alambre, jugando con fuego. Socialmente, repasen los datos de asistencia, los reales. Ya saben, porque esto parece ya como en las manifestaciones, que las cifras no cuadran. La organización hincha y la guardia urbana rebaja. Pues lo que ve nuestro ojo en el RCDE Stadium, no se asemeja a lo que nos cuentan. ¿Hablamos del futbol base? ¿Del Femenino? Cualquier tema que podamos poner sobre la mesa es descorazonador. Por ello, de verdad, vendan. No se lo piensen ni miren atrás. Visto lo visto, su etapa aquí, en el Espanyol, ha terminado. De lo contrario, nos haremos daño. Por ello, protejan al club, véndanlo.
Corren tiempos malos en can perico. Nada nuevo últimamente. Hay desazón. Se está generando indiferencia, la militancia va desertando, el proyecto no está rodando. Y lo peor, se están hiriendo, gravemente, 122 años de historia. Club de cantera, presumíamos. ¿Y ahora? Cada vez menos ADN perico en los puestos de mando. Menos empatía, sensibilidad hacia este sentimiento. Esto es una empresa más, números y poco más. Pero es que ni eso cuadra. Por eso, insisto, vendan. Protejan al club de más desastres, de tanto sinsentido. De la deriva. Porque señoras y señores, esto clama al cielo. Así no se puede seguir. Con el último descenso pensamos que podíamos tocar fondo, pero eso se puede quedar en una risa si no se pone remedio a la marcha actual. Otro paso por segunda no será lo mismo que hace dos cursos. Métanselo en la cabeza. Por ello, suelten lastre, actúen con coherencia y en consecuencia. Emulen la revolución iniciada en el seno del equipo este verano en todos los estamentos, pero aprendan de los errores y no lo dejen a medias. Traigan las piezas que haga falta. Suban en nivel y abandonen la miseria -no económica-. Insisto, protejan al Espanyol.
La gestión del verano ya dictó sentencia, de puertas hacia fuera, claro, porque nada tuvo consecuencias. Todo, absolutamente todo, fue un auténtico desastre. No se resistan en admitirlo. Asúmanlo y enmienden los errores. Invierta o venda señor Chen, pero no sea como el perro del Hortelano. Hágase y hagámonos un favor. Este proyecto, si es que existió, está acabado. Pero el club no. Protéjanlo. Dejen paso a quién venga con la billetera llena, carrera en este mundillo y ganas de despertar a un gigante dormido. Cierren la puerta al salir y gracias. Aunque lo siento, para una servidora ya ha dejado de llevar capa y le han salido cuernos. Porque de considerarle en su momento como el gran salvador, he pasado a creer que lo que realmente se hizo fue venderle nuestra alma al diablo. Y el tiempo, así lo está demostrando. Ese ‘rescate’, está saliendo muy, muy caro a todos los niveles. Este no es nuestro Espanyol. Protéjanlo, vendan.