Partido con una importante variación táctica. Sin sorpresas en los once elegidos, Mauricio optó por un 4-4-2 con rombo en mediocampo, con Verdú en su posición habitual y Wakaso y V. Sánchez acompañando a Forlín, que volvió a ejercer de mediocentro defensivo. Arriba, Rui Fonte acompañando a Longo. Con esta disposición táctica tanto Wakaso como V. Sánchez se sintieron más cómodos pudiendo abarcar más terreno, y volvimos a ver a Verdú participando en la mayoría de acciones ofensivas del equipo. Cómo prueba, el primer gol. Nace de un contraataque frenado por Longo y, después de combinar con paciencia, una doble pared entre Verdú y V. Sánchez dejó al primero en la frontal del área para asistir magistralmente a J. López que definió a la perfección. En general, la primera parte no ha sido brillante. Ambos equipos han situado su primera línea de presión muy adelantada lo que ha obligado a optar por el pase largo en muchas ocasiones y, sobre todo por parte del Athletic, con muchas pérdidas de balones en zonas comprometidas. Primera parte muy larga en cuanto a que se ha desarrollado en muchos metros obligando a ambos equipos a un esfuerzo superior a lo habitual. El segundo gol hacía justicia a un Espanyol mucho más práctico y efectivo que su rival.
Con el 2-0 parecía que el partido estaba ganado, pero el recuerdo de la derrota en Valencia contra el Levante estaba muy presente tanto en la grada como en el césped, sensación que se ha visto aumentada por el primer gol de Adúriz a balón parado, acciones en los que se ha sufrido mucho y han estado a punto de costar algún gol más. Después del primer gol ha venido el bajón físico del equipo, producto de una primera parte con mucho recorrido con distancias muy grandes entre las líneas de ambos equipos. Aquí el rival ha estado más entero y ha aprovechado para igualar el partido. A partir de ahí, la locura. Gran gol de Longo que hacía justicia al buen partido que estaba realizando y su expulsión. Y de nuevo no se ha sabido mantener un resultado favorable, en una acción sin aparente peligro.
En el tramo final, a pesar de jugar con uno menos, ha sido el Espanyol el que ha buscado y ha estado más cerca del cuarto gol, cosa que dice mucho y bien de la ambición del equipo, consciente de lo importante que era conseguir la victoria.
A pesar del mal sabor de boca de los dos puntos perdidos, la lectura positiva es que el equipo funciona en ataque. Hay potencial y, si no hay ningún contratiempo, en un par de semanas ha de volver Sergio García.
Como ha dicho Mauricio hay que mejorar en defensa. No la defensa, si no todo el engranaje defensivo. 10 goles en 4 partidos son demasiados. Afortunadamente es un aspecto del juego que se mejora en el día a día, de ahí que el margen de mejora sea importante.