Querido Diego:
No peino canas porque casi no peino nada, pero en todos mis años de activa militancia blanquiazul tan solo recuerdo dos entrenadores capaces de poner de acuerdo a la maravillosa y discrepante minoría: Camacho y tú. El de Cieza por su carácter llano, sincero y anar per feina, y tú, Diego Martinez, por ser esa tabla de salvación a la que se agarra el náufrago perico ondeando su bandera SOS RCDE, sin saber si está consolidado en la inmensidad del océano, si debe sudar sangre para alcanzar la orilla, si va o si viene.
En ti confío, Diego. No sé si es mejor jugar con tres centrales o con dos porteros, pero confío en ti. Como bien sabrás, los aficionados sabemos de futbol mucho más que los entrenadores. De hecho, los aficionados sabemos más de todo que nadie y los pericos, aún más. Aquí somos expertos maestros de entrenadores, casi cada temporada tenemos un alumno nuevo y, a veces, incluso tres por curso.
Permíteme un consejo, Diego: Habla ahora que todo el mundo te quiere. No tragues con sapos que no te corresponden y se te pueden atragantar más adelante. Si las cosas se tuercen, no esperes apoyo de los que te prometieron lo que no te han dado; primero está su culo y luego el de los demás. Tampoco olvides, querido Diego, que en este negocio lo bueno y lo malo lo decide una pelota y, si esta no entra, o lo hace donde no debe, el responsable serás tú. Por tanto, pide, quéjate, exige, habla claro y grita si es necesario, porque si de algo estamos huérfanos los pericos es de claridad, transparencia y respeto. Porque no nos respetan, Diego. Aquí no nos respeta nadie, aquí nos hablan en chino y los que lo hacen en castellano o catalán, usan un acento tan raro que no hay forma de entenderles. Y a ti, pese a ser gallego, entendemos perfectamente lo que nos dices y hasta lo que callas. Tal vez sin proponértelo o quizás porque no hay otro, te has convertido en el líder y única voz creíble del Club.
Los aficionados pericos nunca fallamos y este año, además, estamos mentalizados y dispuestos a darlo todo porque tú nos lo pides, y a seguirte con los ojos cerrados hacia la tierra prometida. Eres nuestro Mesías, incluso ya hay quien ha pedido estar a tu izquierda si algún día, Dios no lo quiera, eres crucificado. Nos identificamos contigo por tu discurso, por guiarnos en nuestro calvario y por la valentía de decir que el mercado te dejó “jodido”, aunque en el Club solo escucharan “contento”.
Me gustaría que estuvieras con nosotros los próximos 20 años y ganar juntos 10 Copas del Rey, 2 UEFAS y perder una final Champions, por penaltis claro, para que no parezca exagerado mi deseo. No te pido más allá, porque igual para entonces ya no estoy para muchos títulos. Ánimo Diego, mucha suerte y exige refuerzos ahora que puedes. Si esperas a que llegue el nerviosismo, tus peticiones se interpretarán como excusas y, créeme, a excusas no hay quien gane al RCD Espanyol.
Un abrazo,
Angel Bergadà.