RDT va a tener que soportar el peso del presente y del pasado. El de hoy, inevitable, lo marca el calendario y la clasificación. Ni siquiera se le va a permitir el periodo mínimo de adaptación al equipo, a la ciudad, al sistema. Abelardo necesita sus goles desde ya mismo. Si es en San Sebastián de los Reyes, mejor, para ir cogiendo moral aunque sea a costa de su hermano Rubén.
El del pasado ya que le van a comparar con Tamudo, el espíritu de Pandiani, el carisma de Luis García, los bemoles de Iván Alonso, el rendimiento de los seis primeros meses de Osvaldo… Todos en uno. 20 millones más los incentivos tienen la culpa.
Prefiere RDT que le miren cuando responde en sala de prensa. Así tiene que ser. Hay que enfrentarse a la realidad. Si pudiera, él, mirar de frente a todos los pericos, vería que su llegada representa un alivio tan grande como la necesidad de que los goles lleguen cuanto antes. El hecho de que el club agotara en media tarde los 1.425 packs de autocar más entrada para Villarreal da una idea de que la mala situación ha calado a la misma altura que las ganas de salir de ella. La iniciativa de la FCPE fue hábilmente recogida por el club y el vestuario. Es lo de menos que los jugadores paguen o dejen de pagar. El sentimiento está por encima de todo, de cualquier precio, como se ha demostrado por lo abonado por el primer refuerzo invernal. A Rufete le tocó convencer al delantero desde el pasado 11 de diciembre, y de él también, y de los interlocutores, fue el reto de hacer ver a Mr. Chen que el dinero invertido este mes puede ser el mejor gasto de su vida en caso salvación. La liga de 20 partidos ya es de 19, está un punto más cerca la salvación y RDT ‘is in the house’. Por delante queda el paso obligado por San Sebastián de los Reyes y una larga semana de pre-final en El Madrigal mientras se cierra otro sueño: Cristian Tello.
El regreso a casa del excelente extremo del Betis es una primera opción para el Espanyol. Queda convencer al club andaluz. Mis sensaciones son buenas. Con RDT y Tello, la salvación estará mucho más cerca. Son dos jugadores de primerísimo nivel. Los pasos se van cumpliendo, a la espera de que Abelardo defina lo que quiere y lo que no, para que se pueda conformar un grupo de trabajo con los efectivos justos. Mucho trabajo y, por delante, ni un respiro.