Descansó nuestra Primera División por los encuentros internacionales de selecciones y, la verdad sea dicha, se echó en falta el fútbol de Primera División. Afortunadamente, el resto de categorías mantienen la normalidad, por lo que pudimos observar, con enorme interés, una nueva victoria del Espanyol B, que continúa invicto, liderando el grupo quinto de la tercera división.
Ni que decir tiene la enorme importancia del equipo filial de cara a la consolidación definitiva de la política de cantera, que me parece la mejor base en la que sustentar el futuro de la entidad. Cuando careces del músculo económico necesario para competir con los poderosos, el trabajo del fútbol-base es fundamental para dar salida a un proyecto ambicioso y competitivo, además de ser el fiel reflejo del orgullo de los aficionados. Siempre he pensado que el profesional que se forma como jugador, en tu propia casa, aporta un sentimiento de club que genera un plus sentimental, por encima del resto de sus compañeros, que pueden ser grandísimos profesionales, pero que nunca alcanzarán el grado de implicación que el nacido y criado bajo el amor y la entrega a unos colores. Por tanto, a seguir la buena línea de la cantera, como eje primordial de la política deportiva del RCDE.
Al margen del balón, la sociedad catalana vive jornadas muy preocupantes. El fanatismo está destrozando la convivencia social y, por extensión, la economía catalana. Bancos y empresas huyen ante la desprotección económica y jurídica y el asunto ya es más que altamente preocupante. Urge que las políticos se pongan a trabajar y piensen en los ciudadanos, que somos los paganos, los que cargamos con sus suculentos sueldos, y dejen atrás la patética e incompetente imagen que están ofreciendo ante un pueblo que reclama paz, trabajo y libertad. Sin chantajes ni rodillos. O se ponen las pilas, o la sociedad del bienestar se nos va al garete. Creo que todavía estamos a tiempo, aunque sea en el periodo de la prórroga y con el cronómetro rozando la zona más peligrosa y temible.
Al hilo de lo anterior, valoro muy positivamente la postura del RCDE ante el momento político que estamos viviendo. El comunicado del club me pareció oportuno ya que, desde la serenidad, transmitió un mensaje para recuperar el seny perdido en los últimos tiempos. Una postura elegante para una entidad en la que el deporte es el auténtico timón de su existencia, pero que, a la vez, es plenamente consciente de la importancia del momento que nos está tocando sufrir. No hace falta caer en la demagogia de adhesiones inquebrantables ni en la firma de manifiestos que defienden posiciones alejadas de la realidad y, lo que es más peligroso, reñidas con la ley y el estado de derecho que tanto nos ha costado construir y mantener. Eso mejor dejarlo para la demagogia y el servilismo de otras entidades que no cesan de balancearse frente al precipicio de la vergüenza y la sinrazón. Con la ley en la mano, todo está sujeto a debate, discusión y reforma. Contra la ley y el chantaje, no hay más camino que el de los tribunales de justicia y la estricta aplicación del código penal. Para todos y sin distinción. Esta vez, más que nunca, buena semana, pericos. Reflexión, entendimiento y paz.
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