Llegan fechas señaladas, especiales. Se acerca el momento de hacer la carta a sus majestades los Reyes Magos, de ver si estos nos traen carbón o bien regalos. Previamente, por eso, nos habremos puesto las botas de comer por encima de nuestros límites. Como si no hubiera un mañana, como si tuviéramos que coger reservas por lo que pudiera ser… Pues eso es precisamente lo que espero que haga el Espanyol, que cierre el año con un pleno de puntos, que alcance los 29 puntos –¡casi nada!– y que de una vez por todas nos brinde a todos los pericos ese regalo que tanto se resiste: el triunfo lejos de casa. Y es que vistos los puntos atesorados en el RCDE Stadium, ¡cómo estaríamos si fuera nos hubiera ido medianamente bien a domicilio!
23 puntos no son moco de pavo. De hecho, creo que ni los más optimistas del lugar hubieran imaginado llegar a estas fechas con semejante botín; como mínimo yo no lo hacía, la verdad. Es el Espanyol el único equipo capaz de ganar al Real Madrid, sí, su filial… Este equipo ya es capaz de sufrir, incluso de remontar… De ahí a que se haya ganado el voto de confianza de quien les escribe, por ello confío en dos victorias para terminar el 2021. Sería inaudito y creo que podría ser muy real. Como real es que en este club nunca podemos dar nada por hecho; ya saben, nunca sabemos qué podemos esperar. Pero la mentalidad, como la que debe adoptar la entidad en todos sus estamentos, debe ser optimista, ganadora. Porque ya saben, solo apuntando alto se llegará alto.
¿Y en la carta a los Reyes? Ambición, ambición y más ambición. Ambición de ir a más a todos los niveles, pero para empezar, en el verde. Aten a los que deben renovar, emulen lo de hace dos inviernos y fichen. Ya saben, por pedir que no quede. Pero es que tras las últimas jornadas, por muy optimista que quiera ser, la preocupación por ver que tenemos a 14 jugadores en condiciones y poco más me aterra. No lo puedo evitar. Esto va a ser muy largo y, espero que no, pero habrán lesiones en un plantel en el que hay jugadores que ni tan siquiera pueden resfriarse por no tener un recambio. Tenemos un muy buen equipo; puntualizo, un muy buen once, pero si queremos ilusionarnos con la Copa y aspirar a algo más que la triste salvación –a mi lo de la consolidación no me lo cuelan– hay que sumar efectivos. Así que o bien el míster recupera a más de uno o el señor Chen más vale que saque a relucir la billetera. Porque para crecer hay que gastar, eso es así. Mucho ha hecho ya a nivel económico evitando unas penurias que eran el pan de cada día, ese freno que impedía ir a más. Ahora sin apenas deuda ya no hay excusas. Y si el perico quiere un regalo ese es sin duda que el Espanyol de el salto de una vez por todas. Que abandone las medianías, las medias tintas. El complejo de inferioridad. Puntapié a la maldita permanencia, abramos los brazos a luchar por sistema por Europa, como otros han hecho. ¿Por qué no nosotros? Creo firmemente que en esta vida todo es cuestión de voluntad. Así que propónganselo, no dejen escapar esta enésima oportunidad.