El parón liguero nos da un respiro que podemos utilizar para hacer un primer balance de este arranque de temporada.
Empezaremos por lo más evidente: el cemento de la grada. Sin duda, la asignatura pendiente del Espanyol, una asignatura que ya se arrastra desde el curso anterior y que no parece que podamos aprobar, por lo menos hasta después de Navidad.
La semana pasada leía un reportaje de la web de información económica palco23 que señalaba, curiosamente, a los dos equipos de Barcelona, Espanyol y Barça, como los principales culpables de que los números de asistencia de LaLiga sean, a estas alturas, negativos; un 3,6% menos. Un arranque titubeante, lo poco atractivo de los diferentes rivales, el calendario o la climatología son algunas de las causas, pero pesa sobremanera que los culés han caído casi un 24% en los tres primeros encuentros en casa.
Pero lo peor, lo que realmente nos tiene que preocupar es que el Espanyol es el único club de LaLiga Santander que no supera el 50% de la ocupación de sus gradas y ha caído un 13,1% con respecto al mismo periodo del año pasado. Se da la curiosa circunstancia de que el Espanyol es el 14 en la tabla de clasificación y también es el 14 en asistencia al estadio, con una media de 17.444 aficionados. No es de extrañar que lancen ¡por fin! agresivas ofertas para atraer público a Corneprat, como entradas adicionales para socios a diez euros para el próximo encuentro frente al Levante.
En la parte positiva tenemos la evolución del equipo que, a estas alturas, tiene dos puntos más que la temporada anterior, siendo lo más relevante que ha sacado más puntos sobre los mismos rivales y muestra claros síntomas de crecimiento, ha recuperado la solidez y la plantilla tiene muy asimilado el sistema de juego. A pesar de seguir lastrados por las lesiones compiten con garantías.
Quique ya tiene un once de garantías, algo que le costó mucho conseguir la temporada anterior. Es de esperar que con el calendario que tenemos por delante el equipo empiece una escalada en la clasificación. Habrá que suponer que esa mejora deportiva traiga una mejora en la asistencia, sería lo normal, en caso contrario se encenderían todas las alarmas. Si con un equipo que saca adelante los encuentros, y con un juego mucho más atractivo que el de la temporada anterior, el estadio no supera pronto los 20.000 aficionados el problema será mucho más grave de lo que ya es.
Por último quiero señalar un aspecto que en sí parece una contradicción pero que yo veo como una gran oportunidad y que refleja un cambio de tendencia que se debe traducir en crecimiento deportivo y social. Me estoy refiriendo a que el año (o los dos años) en que el club se puede permitir aumentar la inversión en el área deportiva y en los fichajes, a diferencia de lo ocurrido en las últimas temporadas, es el año que tenemos más canteranos en el primer equipo de nuestra historia: hasta doce con ficha del primer equipo. Y, además, con una presencia real en el equipo: el último encuentro empezamos con siete sobre el terreno de juego. Los canteranos son la columna vertebral del equipo y todos tiene un papel relevante en los esquemas de Quique Sánchez Flores.
El plan de Perarnau de recuperar a jugadores con ADN perico se está haciendo realidad. Además, recuperamos a futbolistas criados aquí de primer nivel, que estaban compitiendo en grandes ligas y con buenas fichas.
Poder ‘repatriar’ a pericos consolidados ofreciéndoles buenos emolumentos y retener a los buenos valores que salen de la cantera es la mejor manera de consolidar un Espanyol de casa y competitivo.
Los mejores logros deportivos se han conseguido con gente de casa y parece claro que el proyecto de Chen avala esa línea. Si se mantiene podemos ser optimistas y gritar sin complejos que ¡el futuro es nuestro!