Postal feliz Martín Posse con su Pobla de Mafumet, fiel a esa estela que le abortaron en el RCDE cuando destacó –se ve que demasiado– a las órdenes del Juvenil. “El fútbol un día te da lo que otro te quita”, que reza el tópico. El ascenso y el discurso de Posse pasa por el buen gusto, más allá de la buena fama de sus restaurantes. Su contribución a la normalidad en el fútbol de Tarragona –miento: a un acercamiento hacia esa normalidad– le hace recuperar el terreno perdido por el recelo de Mauricio. Largo progreso para el Cholito.
Feliz el míster con su boda, allá en el Tibidabo, a sus pies su ciudad. Una fiesta absoluta de la Generación Intertoto que seguro que mejorará aún más al Sergio técnico en su crecimiento sostenido. Esperemos que la verdadera “Montaña Mágica” llene de luz al míster. Porque aunque “Tibidabo” significa “(Todo esto) te daré”, evocando las tentaciones del diablo a Jesús en el desierto, lo cierto es que la amenaza pasa más bien por lo que le puede ser arrebatado: ya sea un Sergio García bañado en petrodólares o un Lucas Vázquez al que Rafa Benítez quiere malograr su carrera. Estos negocios tan bonitos con el Madrid tienen tantos recovecos que ni sacando la lengua los tapa el Espanyol. “Dejad que los niños vengan aquí” podría ser la próxima campaña del club, ya que estamos con el Nuevo Testamento.
Y luego está el susto de Héctor Moreno. “Houston, tenemos un problema” y justo ahí le harán pruebas para saber el alcance de su nueva lesión con México, y a las puertas de esa Copa de Oro que debía servir de una vez por todas para venderlo como tal. En fin: igual gana el Espanyol el doblete del cuento de la lechera, que vendría a ser eso de perder un pastizal pero ganar un central. Ya va diciendo Perarnau que se ve mirando como un loco el teléfono hasta el último segundo del mercato. El sudor frío va por dentro. Menudo panorama.
Por último, la pretemporada: familiar (va a jugar el RCDE contra el Avellino, que se llama como el feliz señor padre del Monstruo), perfumada (Colonia, aroma de grandeza); cultural (de ahí el Reading, que se vea que somos leídos) y nostálgica, porque también en la cancha del Southampton se marcaron un partidazo los Intertoto que el sábado estaban de fiesta. Sólo faltaba rematarla con el Betis, esa solución ideal para satisfacer las arcas… y para carburar la polémica entre los socios en caso de verse en minoría, que es probable que pueda pasar. Mejor puesta a punta de cara al curso, difícil, oigan.