Bochorno climático para extremar un agobio futbolero. “¡Virgen Santa, qué prinsipiu!”, que exclamaba mi abuela, perica de transistor. La buena mujer ayer hubiera sudado la gota gorda: como el equipo de Sergio, plagado de esos subalternos que tienen que dar un paso más. Pero los tres primeros puntazos se quedaron en casa tras un parto interminable, coronado con el golazo torero de Salvador Sevilla y ese auténtico Expediente X que supuso el no-gol de Álvaro Vázquez: quizá la nostalgia, o quizá la envidia, tras ver a Cornellà-el Prat fundirse por Gerard Moreno. Total, que parto sufridísimo, pero con final feliz. Fue niña y se llamó Victoria, hermanita de tantos triunfos típicos de este bendito club, paridos entre espasmos de dolor físico, psicológico y hasta paranormal. Sergio jugó al amarre, pero el objetivo se consiguió mediante el desparrame de nervios.
Rogaba el RCDE entero por una conjunción in extremis de sus piezas y el míster fue a lo práctico: “Pues mira, a jugar, los de la pretemporada”. El golarrón antitelarañas de Sevilla resultó asombroso por tempranero y por lo extraño de su factura (goles de falta, en casa, de Coutinho y Simao y muy de tanto en tanto, casi como los eclipses). Pero lejos de asfaltar el camino, la ventaja lo espesó, porque el equipo se lanzó a la defensa del tesoro. Entendible (sí amigos, incluso la entrada de Cañas por Caicedo), pero frustrante, porque el ecuatoriano está para coloso y promete tralla con Gerard, Hernán, Burgui o Marco Asensio cerca.
Destacados también un Víctor Sánchez al límite, compromiso total; ese Álvaro que se parte las narices en su empeño por liderar una defensa flambeante…y sumo también a Rubén Duarte y Víctor Álvarez, jóvenes con madera y rabia y dientes para rechinar hasta la rectificación. A partir de ahí, tocará sumar a los Enzo, Ciani, Hernán y los juveniles lujos de que presume hoy el Espanyol arriba. Visto lo de ayer, si Perarnau acabó descartando a su favor a un tipo como Víctor Rodríguez (partidazo pelotero del chaval), el plato puede resultar suculento. Y Pau, a lo suyo: despejando por reflejos u ósmosis. El mentalista perico.
En fin, esperaremos. Que Gerard sea killer en su ex-feudo, que Diop sume al blindaje (ayer, de entrada, por fin el mejor Cañas otra vez)… Y ojito a Burgui, el gran tapado. Inteligencia, mala idea sobre el césped e intención. La pizarra de Sergio aprobó el reto quirúrgico del alumbramiento jodío, pero se adivinan focos de colores para el espectáculo y la diversión. No está mal para combatir la alargada sombra (recuérdenlo, por favor) de Sergio García.