Que les voy a contar que no hayan visto u oído del Titanic. Navegaba por el Atlántico, chocó con un iceberg, murieron cerca de 1500 personas y se convirtió en uno de los mayores naufragios de la historia. También hubo una peli. Y nosotros, poco nos ha faltado para acabar en el fondo del mar el día de nuestro 122 aniversario.
Acabo el partido hecho papilla viendo la inseguridad que volvió a transmitir Lecomte, en acciones de simplicidad técnica.
Óscar Gil cerraba cuanto podía a una de las bandas izquierdas que más arriba se desempeñan: Jaume Costa y Kang In Lee.
Aculado en tablas, Sergi rompía el fuera de juego en el gol local y parecía comer engrudo en cada aproximación mallorquinista.
Como esas paredes que ‘prohíben fijar carteles’ estuvo Cabrera, el mejor de la retaguardia.
Apareció el primer fallo de Brian, como esos pequeños errores al acabar una reforma y tiene deuda a pagar en el VAR.
Vini fue el cortafuegos ante el virus Aguirre, que te ahoga en esa zona a base de ‘Babas’.
El salvavidas para no morir ahogados en el Mediterráneo, una vez más fue Darder.
Instalados hace semanas en equipo tipo y cambios tipo; Expósito sigue sin camelarse al entrenador.
Nos gustaría poner a Puado en todo lo alto, pero aún no ha mutado en el jugador que se presuponía.
Tuvo buenas ideas Braitwaite, aunque debió mirar de reojo antes de algunas decisiones.
Nos hemos olvidado a Joselu en la buhardilla y urge ofrecerle algo más que bolas aéreas.
Se hundía el barco con jugadores pidiendo auxilio y llegaron en los botes la tenacidad de Keidi, Aleix Vidal siempre partidario de ir arriba y nunca abajo, y Lazo, que abrirá debate y juego de palabras con su tanto: golazo o churrazo.
Casi se nos amarga el cumpleaños, con un primer tiempo de metalurgia que merecíamos el nombre de una fábrica: Industrias Martínez. Una nueva remontada y un vaivén de sensaciones, casi nunca positivas. Si existiera la figura del ‘defensor del perico’, no daría abasto a las quejas. Pero como el del pueblo, ya puedes esperar sentado a que te hagan caso. Soplo las velas del pastel y pido un deseo. No os lo diré porque quiero que se cumpla, pero es el mismo que tú estás deseando.