Ir a la Catedral siempre es especial. Se respira la esencia del fútbol en uno de los estadios míticos de primera. Era un partido para la historia, San Mamés desaparecerá para dar paso al nuevo estadio para la temporada que viene. ¡Y vaya si fue un partido para la historia!
Este Espanyol ha pasado de ser un problema a convertiste en el problema de los demás equipos. El crecimiento en confianza está siendo tal que ya no vemos ningún límite. El equipo ya es uno de los “cocos” de primera división. No importa quién sustituya al otro. El ‘Vasco’ tiene a todos los jugadores metidos en su saco. Su gestión de vestuario hace que todos se sientan importantes independientemente de cuánto jueguen. Las imágenes repetitivas de sonrisas, abrazos, ánimos, y derroches de esfuerzo se prodigan cada día. Ya no hay sitio para los egos. La única clave es sumar en pro de todo y todos.
No había mejor plaza para la primera victoria fuera de casa del “Mago” Aguirre que San Mamés. Aunque no digan San Mamés, digan San Casilla. El máximo exponente del crecimiento personal y colectivo lo lidera Kiko.
Todo buen equipo empieza a construirse por su columna vertebral, y ese inicio empieza por la portería. La tranquilidad que nos está dando hace que ya nadie pueda discutir quién es el titular bajo los palos.
Y por si fuera poco, se sumó a la fiesta otro “baby boom” como Víctor. Álvarez.
Los jóvenes necesitan tranquilidad para mostrarse tal como son y en el panorama actual, Víctor se explayó para hacer las mil delicias. Dos asistencias y provocó un penalti. ¿Alguien da más?
Pasó un rodillo por encima del Athletic donde la única buena noticia para ellos fue el nacimiento de Martina el pasado martes. La hija del ex perico Gorka Iraizoz y su mujer Carmen.
¡Felicidades!