Sigue sin gustarme el juego del equipo. Siempre busco cierta autocrítica de los encuentros y anoche el RCDE volvió a demostrar que está muy alejado del mejor nivel. Bien es cierto que, si nos apuntamos al resultadismo, los tres puntos son un bálsamo en la clasificación y en la frágil moral de la parroquia perica. Pero no debemos obviar que los jugadores siguen ofreciendo muy poca cosa a los aficionados. Afortunadamente, el rival de anoche corroboró sus agobios en la tabla y su pobre nivel, muy por debajo de aquel Málaga que estuvo a punto de jugar una final de Champions League, de la mano de un jeque que aterrizó con muchos millones, pero que ha ido cerrando, año tras año, el grifo de la ilusión de los aficionados malaguistas. Hoy en día, el Málaga es claro candidato a sufrir para salvar la categoría. Aún así, los andaluces buscaron romper la estadística de no marcar goles fuera de La Rosaleda. Los palos fueron cruciales y jugaron claramente a favor del equipo de Sergio. Pero, fortuna al margen, es evidente que la tranquilidad y los tres puntos tienen nombres y apellidos. Empiezo por el partidazo de Pau López y su seguridad bajo postes. El jovencísimo cancerbero de Olot salió por la puerta grande del estadio, con una selección de paradas de auténtico porterazo. Demostró agilidad, personalidad y categoría. En este sentido, valoro la total confianza de Sergio en su jugador, manteniéndole en la portería contra viento y marea, incluso en momentos muy complicados, de punzantes críticas. Personalmente, siempre he creído en las posibilidades de Pau y, a sus 20 años de edad, me parece uno de los guardametas con mayor proyección de nuestra Liga. Seguro que seguirá creciendo y que dejará su sello de calidad en una entidad que siempre se ha caracterizado por ser cuna de buenos porteros, desde el mítico Riocardo Zamora hasta el más reciente y recordado Kiko Casilla. El segundo nombre propio es el de Hernán Pérez. El extremo paraguayo volvió a ser decisivo, con dos golazos y una actuación portentosa, en la que, además de cumplir con su faceta ofensiva, repartió fuerza y calidad para dar aire a Javi López y tapar perfectamente la banda derecha. El trabajo y los cuatro goles anotados en Liga avalan el buen trabajo del amigo Oscar Perarnau.
Pero si Pau y Hernán son la cara agradable, la faceta negativa sigue estando en la fragilidad defensiva y la cantidad de opciones a las delanteras rivales. Anoche, los postes y el desacierto rematador de los delanteros rivales jugaron a favor del Espanyol. Pero sigo pensando que la línea defensiva debe mejorar mucho ya que, de lo contrario, será complicado lograr un bloque homogéneo, con posibilidades de mirar hacia arriba en la clasificación. En cualquier caso, si nos atenemos a sumar puntos, buena victoria y 16 puntazos en 12 partidos.
Ayer nos volvió a visitar Carlos Kameni, un buen tío que nunca olvidará su pasado perico. El camerunés siempre alardea de su cariño por el RCDE y, anoche, lo corroboró con un gesto ejemplar. Posiblemente, muchos aficionados no se percataron del detalle. Pero Kameni volvió a demostrar su compromiso, en el minuto 21 del partido. Desde la portería, aplaudió con ganas, lanzando una profunda mirada al cielo, en un sentido homenaje a su compañero Dani Jarque. Fue un detalle ejemplar, que dice mucho de su categoría humana. Y su acción tiene doble mérito, ya que un minuto antes, había encajado el segundo tanto del Espanyol. Gracias, Carlos. Mucha suerte.
Finalmente espero y deseo que la crisis de la casa blanca no derive en el deseo de Florentino Pérez en buscar alicientes y caras nuevas para su maltrecho equipo. Lo digo por Marco Asensio y su posibilidad de repesca en el cercano mercado de invierno. Resulta evidente que la imagen del R. Madrid es un auténtico desastre, pero oremos para que el balear complete la temporada con la camiseta perica. Lo contrario sería cargar de responsabilidad a un chaval de 19 años que debe seguir creciendo de blanquiazul. Y si lo podemos disfrutar aquí, mejor que mejor. Pero les aseguro que no lo tengo nada claro.2