La renovación de Sergi Darder es sin duda la mejor noticia de lo que llevamos de verano. Su continuidad hasta 2026 ha hecho que los pericos seamos más optimistas tras unos días de verlo todo negro. Además de porque siga, por sus palabras sobre el proyecto. Si Darder cree, nosotros creemos.
El balear siempre ha dicho que su predisposición para ampliar su contrato con el Espanyol era total. “Sé que en ningún sitio voy a ser tan feliz como aquí”, ha dicho en repetidas ocasiones. Con lo que le costó volver tras una salida injusta, para volver a marcharse. Al final, el corazón manda (aunque el dinerito también ha tenido algo que ver, no nos engañemos) y no ha tenido dudas: a la mínima que ha podido, ha ampliado su contrato. Otros deberían tomar nota.
Sergi Darder ha vivido un gran proceso de transformación en el Espanyol. De ser ese jugador que nos ilusionó a todos cuando regresó, de verlo con una calidad inmensa pero sin acabar de explotar, de tirarnos de los pelos cuando lo veíamos en banda, de dejar de creer en él debido a que la cabeza en ocasiones te juega malas pasadas y esta vez le tocó a él, a ser la bandera de este Espanyol. No entiendo este equipo sin que Darder sea el capitán; ya estamos tardando en darle, de forma definitiva e indefinida, el brazalete.
Más allá de su indiscutible calidad, de su buen discurso -un placer escucharle hablar, sus ruedas de prensa y las entrevistas con él- y de su liderazgo, Sergi Darder es el Espanyol. El de Artà ha demostrado querer como un perico de cuna los colores blanquiazules, pese a que no llegó a la Residencia blanquiazul, en la que se hinchó a llorar como él mismo reconoce, hasta los 13 años. Son este tipo de futbolistas los que llegan al aficionado espanyolista, los que sienten los colores, los que se dejan la piel por este escudo. Los que, pese a escuchar cantos de sirena, eligen seguir en el Espanyol.
Darder comanda este sentir de la casa compartido por muchos otros jugadores que vienen de la cantera: Joan García, Omar El Hilali, Rubén Sánchez, Simo, Villahermosa, Roger Martínez… Y el de muchos otros que ya están en el primer equipo, como Javi Puado o Nico Melamed. Esa debe ser la base de las próximas campañas, en las que el Espanyol debe dar un salto de calidad basándose en jugadores de su fútbol base y completar su plantilla con fichajes de nivel. Eso sí, siempre comandados por el mismo: don Sergi Darder Moll.