Les aviso desde el inicio: si tienen algo mejor que hacer, dejen de leer este artículo. No seré yo el que se lo impida. De hecho, la tentación de hacerlo es más grande que las ganas de escribir sobre la vergüenza perpetrada. Es difícil disculpar a ningún jugador. La imagen en la derrota salpicó tan alto que llegó hasta la tribuna en las voces de 11.873 pericos, reclamando la salida del club de los responsables que, como la gota malaya, nos perforan la ilusión.
En la colección de goles encajados, a Diego le faltaba este, el que se hizo él solo.
Aleix Vidal se desenvuelve en el lateral como un turista sin GPS y el rival, por ahí, nos pasa factura.
Hasta Calero que parecía sobrado en muchos tramos, entró en ‘fase REM’ y se desdobló en central de la época Gallego.
Podríamos hacernos los reyes de Tik-tok con los mejores ‘mistos’ de Cabrera.
Lo de Pedrosa tuvo connotaciones por encima del fútbol: su futuro le copa y le aleja de la realidad.
Keidi se exige porque acepta la mediocridad con la que se dispone al equipo. Y un centrocampista sin coalición, es un gobierno en minoría.
Darder fue jamón del bueno porque en la mesa sólo había agua y pan.
Parsimonia es el nuevo apellido de Yangel, que provoca malestar al verlo así.
Ha bajado tanto el nivel de Vilhena que sus primeras comparecencias parece que fueron hace muchas temporadas.
Que se siga obligando a Puado a hacer lo suyo y lo de otro, debería estar sancionado.
No es mi intención poner a todos de acuerdo, e intuyo que a muchos no les gustará, pero la manera de desenvolverse de RDT, hace ya jornadas, es la del niño caprichoso berreando tirado en el suelo del supermercado porque no le han comprado las chuches.
Para completar el museo de los horrores, Vicente amplió el muestrario; Embarba con su nuevo récord de perder el balón tres veces en la misma jugada, un Melamed al que ya no recordaba, Morlanes tras una hora calentando en banda, Wu Lei como testigo del descalzaperros de la planificación deportiva y Loren que ha pasado de tiburón a código QR.
SI LO SÉ NO VENGO fue un concurso ochentero que me vino a la mente. Y casi que podía haber sido lo único que debería haber escrito. Quedan cinco partidos y fastidia hacer cábalas para descubrir dónde podemos volver a conseguir los puntos que certifiquen matemáticamente la permanencia. ¿En el Bernabéu? Se juegan la Liga. ¿Contra Osasuna? No creo que acepten un nuevo conchaveo. ¿En Vitoria? Si se juegan la salvación, ni hablar. ¿Contra Bordalás? En ese equipo corre hasta el utillero. ¿El último día en Granada? Pues parece que no, vista la trayectoria fuera de Cornellà. A ver si a lo tonto, aún vamos a tener problemas. Y si están leyendo esta línea, gracias. Tiene mérito haber llegado hasta el final de este drama.