Las palabras de Francesco Bardi el día de su presentación fueron un bálsamo para nuestros oídos. Nunca está de más oír en boca de alguien ajeno a la afición perica el reconocimiento a la grandeza y la historia de nuestro club
Los pericos, ninguneados continuamente en nuestra casa –el último episodio del ‘partido invisible’ es de chiste- nos desgañitamos explicándole a todo el que se pone a tiro que somos un club histórico; uno de los fundadores de la Liga… nada, ni por esas, la sensación de aquellos que ‘devoran’ los titulares manchados de aceite de atún de la prensa deportiva en el bar y los que se tragan los telediarios es que el nuestro es un club en ruina; que somos carne de Segunda… Pero también es cierto que de la historia no se come. El espanyolismo necesita salir de una vez por todas de esta sensación de eterna transición. El año pasado dimos un paso al frente, pero la forma en que se ha descabezado el equipo nos ha echado para atrás y nos ha dejado muy tocados. Da hasta cierta grima ver a los jugadores –tanto veteranos como recién llegados- jurar y perjurar que podemos estar tranquilos y que los que están nos harán olvidar a los que se fueron.
La pretemporada, aunque no es determinante, es una época en la que no podemos dejar de especular. El año pasado, la incertidumbre recayó sobre el nuevo staff técnico. El equipo tenía recorrido y, a falta de encajar a las nuevas incorporaciones, solo quedaba por saber si los nuevos técnicos, con Sergio González al frente, serían capaces de sacarle jugo. Los malos resultados y la mala planificación sirvieron para que a más de uno se le metiera el miedo en el cuerpo. Este año, en cambio, los buenos resultados y la buena imagen que el equipo está dando en la pretemporada no han servido para despejar las dudas. Solidez, sí. Intensidad, también, pero ¿quién meterá los goles? Personalmente confiaba en la llegada de un killer como Jonathas; era la pieza que, junto a un buen central, habría ilusionado a la afición. El mister lo tiene claro, la afición lo tiene claro, la dirección técnica lo tiene claro: faltan refuerzos de calidad. Y por los movimientos que se vislumbran parece que no nos queda otra que confiar en que la táctica de esperar al ‘descarte’, a la que parece que seguimos aferrados, nos dé buen resultado y seamos capaces de pescar un goleador de la talla de Sergio García porque sino el repóker de partidos con el que arrancamos la Liga puede dejarnos sin blanca y ya sabemos lo que supone un mal arranque…
Y para acabar, una nota de humor. Quiero felicitar al Llagostera que ha sabido tomarse a cachondeo los requerimientos de los culés para que cambiaran su camiseta. El club entrenado por el perico Alsina fue contundente: las rayas blaugrana horizontales siempre han sido nuestra seña de identidad y no vamos a cambiarlas por nadie. Creo que habría que hermanarse públicamente con el Llagostera. También hay un ‘blaugrana’ bueno.