Siempre resulta complicado jugar ante el R. Madrid, en el Santiago Bernabéu. Tras 21 años sin ganar en feudo merengue, era evidente que la aventura se presentaba difícil. La marcha ascendente del RCDE, después de tres encuentros sin perder, invitaba a que las buenas sensaciones se dispararan, siempre con la justa y debida moderación. Estoy convencido que algún perico, muy optimista, llegó a pensar que las estadísticas estaban para romperse. De entrada, les confieso que me gustó el once titular de QSF, con Sergio Sánchez ubicado en el lateral derecho y con Marc Roca en el centro del campo, como principales novedades. Pero las cosas no funcionaron, especialmente en la primera parte. A los veinticinco segundos, el R. Madrid pudo adelantarse en el marcador. Afortunadamente, un Pau inmenso abortó la primera opción blanca. Sin embargo, los primeros 45 minutos fueron un paseo militar del conjunto de Zidane, que pudo golear a un Espanyol temeroso, poco intenso y sin carácter ni posesión de balón, me daba la impresión que el cuero les quemaba a los catalanes. Aún así, el equipo aguantó el chaparrón y hasta generó una gran ocasión de gol, en remate de Gerard Moreno al poste de la portería de Keylor Navas.
Tras el descanso, QSF reaccionó acertadamente con dos permutas que dieron mayor mordiente a un equipo que ganó en profundidad y ambición. El problema fundamental radicó, como siempre, en la calidad individual de los jugadores. El RCDE necesita gozar de varias oportunidades para marcar, es la ley del más pobre. Y ayer, ni por esas. El R. Madrid, en la línea de los equipos todopoderosos, te mata a la mínima expresión. El Espanyol pudo empatar, con varias ocasiones claras de gol, pero la inoperancia en el remate fue contrarrestada por un Isco estelar, que mató el partido y acabó con un RCDE que, en general, no mereció puntuar en el Bernabéu. Aún así, destaco el acertado trabajo de Pau López y la animosa reacción general del resto del conjunto, tras el descanso. A nivel negativo, repruebo una primera parte de muy bajo nivel, con un equipo excesivamente atrás, con nula salida de balón y con escasa vocación ofensiva.
Ahora nos topamos, de frente, con un nuevo parón por necesidades de calendario FIFA. Una semana en la que el equipo debe seguir trabajando para aumentar el rendimiento, de cara a la visita del Levante el viernes, 13 de octubre, otra fecha sin sentido. Por cierto y, hablando de selecciones, resulta inaudito y tremendamente injusto que Lopetegui decida convocar a Rodrigo o a un Bartra lesionado, que no jugó contra el Madrid, y prescinda de jugadores como David López o Gerard Moreno. Siempre respetaré la lista y la decisión del míster nacional, pero es una pena que sus ojos siempre tengan idéntica dirección y que para vestir la zamarra roja sea imprescindible militar en uno de los transatlánticos de la competición, lo cual me parece una mollar injusticia. Pericos, que paséis una gran semana y ¡que la paz retorne a nuestras vidas, sean cuales sean vuestras ideas!