La derrota ante el Girona ha expuesto uno de los déficits del Espanyol en este periplo en Segunda División: la casi nula capacidad para abrir a rivales que se cierran. Ha sido una de las constantes de esta campaña, aunque en la mayoría de ocasiones ha terminado derribando la puerta, pero al equipo perico se le han resistido rivales por la condición de sus atacantes. Es un equipo que disfruta más al espacio que en estático y que, además, sin Fran Mérida en el verde, sufre para que la pelota salga de campo propio con velocidad hacia el del rival. Se espera que sea Melendo ese jugador que catalice los ataques blanquiazules, que sirva de conexión entre la medular y el ataque, pero el Girona anuló al ‘14’: no creó ninguna ocasión en los 81 minutos en los que estuvo en el terreno de juego. Es importante que el canterano dé un paso hacia adelante para aliviar las urgencias creativas del Espanyol en el último tercio. Las amenazas en ataque del Espanyol se limitaron a la sociedad Embarba – RDT. De la conexión de los madrileños nació el único gol y ambos lideraron al equipo en remates (3 cada uno). Al margen de ellos, apenas Puado fue capaz de trasladar peligro a la portería del Girona. Además de estos problemas en ataque, en la noche de Cornellà se confirmó una de las máximas de la temporada 20/21 del Espanyol: Adrián Embarba lidera desde el ejemplo.
El madrileño ha mostrado una capacidad de adaptación soberbia desde su llegada a finales del mes de enero. Una condición que no le es extraña, pues su presentación al mundo en Primera división con el Rayo Vallecano se produjo pocas semanas después de estar visitando campos de Tercera con el Carabanchel. El ‘23’ no acapara tantos focos como RDT, pero es una pieza de similar importancia para el equipo. Me recuerda al caso de Eric Jiménez, batería de Los Planetas, la banda indie por excelencia de nuestro país: el líder del grupo es Jota, pero el sonido de Los Planetas nunca se podrá disociar del sonido de las baquetas del músico granadino. En el Espanyol pasa algo similar, la estrella del equipo es De Tomás, pero no se podría entender al vigente equipo perico sin la presencia de Adrián Embarba. Asistió a RDT en el 1-0, la cuarta vez que da un pase de gol esta temporada, pero además se mostró muy comprometido en defensa y para muestra un botón: en el minuto 10 de partido siguió a Samu Saiz hasta la frontal para molestar al jugador del Girona a la hora de rematar, hizo más intercepciones que nadie en el Espanyol (4, dos de ellas en campo propio), recuperó 6 balones (solo David López se hizo con más, 9). Es una auténtica
bendición que no se haya marchado y poder disfrutar más tiempo de su fútbol.
No hay una vacuna cien por cien efectiva para ascender, pero sí hay patrones de actitud que deben replicarse para alcanzar la meta y muchos de ellos los representa Adrián Embarba.