Fue bonito mientras duró. Sabíamos que iban a llegar estos momentos. Tercera derrota consecutiva en el campeonato y perdiendo la solidez defensiva. Encajar demasiados goles no permite tener opciones de victoria. Encima nos llega el derbi en el peor momento. Son instantes de dudas internas. El equipo ya no se siente seguro y toca reorganizar de nuevo y recuperar mentalmente a los chicos.
Seamos sinceros. Éramos quintos gracias al demérito de los grandes más que a nuestras virtudes. Sin duda lo conseguido en Cornellà ha sido excelente, pero fuera de casa… fuera de casa no funcionamos. Ya son demasiados partidos sin ganar contra equipos que no juegan a nuestro nivel. Dicho esto no tocaré el tema de la calidad individual de nuestros jugadores respecto a la de los rivales, ya que pienso que somos mejores. Pero en deporte esto no es ‘dos más dos igual a cuatro’.
Vaticinar una época de vacas flacas era fácil. Sólo deseo que se marche en breve para no volver, porque es temprano. Demasiado temprano llega en este campeonato pero sigue siendo un placer ver a nuestro equipo. Posiblemente los que nunca han hecho deporte en equipo creían que cambiar la mentalidad y el sistema de juego de un grupo humano puede ser sencillo. Pues no. Es complicadísimo. Y Rubi y sus chicos necesitan tiempo para sentar las bases de un estilo propio que perdure en el tiempo. No sean escépticos. Sigan creyendo en ello. Y lo más importante, sigan disfrutando del momento.
