Hay dos formas de dar una oportunidad a la cantera:
La primera es por talento, porque tienes a un jugador que destaca y demuestra que se le ha quedado pequeña la categoría inferior.
Este tipo de jugadores suelen ser los menos habituales, ya que depende también si la posición que ocupan está bien cubierta por el equipo. Demasiado talento debe tener un jugador para que un entrenador prefiera pasarlo por delante de los jugadores de la primera plantilla, aunque solo sea por no crear malestar. Ser jugador del primer equipo y que te pase por delante un jugador de la cantera, suele ser mal encajado por muchos jugadores y puede ser el principio de un conflicto.
La segunda es por necesidad, cuando un entrenador no tiene más recursos que mirar a su cantera y se ve forzado a poner jugadores del B. Bien sea por lesión, sanción o por los motivos que lleven al entrenador a no tener más remedio que alinearlos. Por supuesto, también la situación que vivimos actualmente. Cuando no has podido fichar y te ves forzado a tirar del único recurso que tienes disponible.
Esto último suele ser arriesgado, no solo para el equipo, sino también para el jugador. Muchos de ellos se pierden por el camino, pero otros (normalmente suelen ser lo de más personalidad), son los que se ganan un puesto.
El Espanyol hace años que apuesta por la cantera, o al menos es uno de las cosas de las que nos gusta presumir a los aficionados, pero en los últimos años no se ha mostrado valiente. Ahora tenemos la oportunidad de hacer de la necesidad virtud y quizá descubramos que con continuidad y paciencia, tenemos a varios jugadores más que aprovechables para el primer equipo.