Muy buen inicio de partido con buenas salidas de balón desde la defensa para continuar en el centro del campo con buenas transiciones, dominando y teniendo el control del juego hasta llegar con cierto peligro al área rival. Aunque sin concretarse en ocasiones claras, unas veces por errar en el último pase y otras por falta de puntería de Borja Iglesias y Wu Lei, que se esfuerzan al máximo con continuos desmarques facilitando la labor de sus compañeros, pero que entre ellos no hay una buena conexión cuando se acercan al área. Esto reduce mucho las posibilidades de marcar goles y, aunque el Alavés es un rival incómodo que trabaja muy bien como bloque, el Espanyol, aprovechando el buen juego, permitía que tanto Rosales como Pedrosa (que ayer actuaba en lugar de Dídac) se incorporasen al ataque como auténticos extremos. En una internada por la izquierda, Pedrosa, a pase de Melendo, ganaba por velocidad al central Laguardia con su pierna menos dotada, marcaba un gol que hacía justicia a lo visto en el terreno de juego y era un premio para el chaval después de lo del cambio de camiseta.
Todo iba sobre ruedas con el segundo gol, que dejaba casi sentenciado el partido. Aunque no se contaba con el tanto del Alavés, que trastocó los planes de Rubi… y de que manera, pues Abelardo puso toda la artillería disponible y también al central Laguardia. Era evidente que el míster perico debía mover ficha para contrarrestar el juego aéreo con los balones centrados desde las bandas dentro del área. Para ello, el elegido fue Óscar Duarte para ayudar a Hermoso y a Naldo. El costarricense cumplió con su cometido a pesar de sufrir unos minutos. Al final se consiguió el objetivo sumando tres puntos para seguir en la lucha.
