Lo siento. Me duele. No me gusta el spot. Si quisiera hacerme un poco el intelectualoide diría que “no es de mi paladar mercadotécnico”, pero no me hace falta. No tengo nada contra el ideólogo, que se llama César García y al que conozco y admiro; no tengo nada contra la agencia, ni mucho menos contra el club, y sobre todo no tinc res en contra del nen. Vemos a unos niños jugando, la bola sale disparada y se pierde (vamos mal, nos falta puntería) y al noiet que la va a buscar se le aparece una sombra gigante. El niño muestra su disconformidad y le saca a la sombra su lengua azul. Y ya está. Como una pataleta; saca la lengua, si. ¿Y qué? ¿Qué nos queda después de este acto de rebeldía?
Es posible que servidor, de una mollera algo primitiva, no haya leído que hay una segunda intención o que no acabo de verla, pero la cosa es que si la sombra o el gigante que se le aparece al niño implica que es el club que todos tenemos en la cabeza…pues mal, amigos. Me parece un spot protesta, un quiero y no puedo, otra referencia al gigante al que hay que quitar de la cabeza y sólo tenerlo presente dos días al año. Sólo dos, la ida y la vuelta. Y ya está.
Me gusta la lengua como elemento de marketing, me sigue poniendo palote la “maravillosa minoría” y verla en anuncios a página entera en diferentes rotativos… pero la sombra… ay, la sombra. Nos hace y nos verifica que somos pequeños (que lo somos), que somos pobres (que lo somos), que nos gustaría cambiar de status (que nos gustaría), que no nos gusta el panorama actual…
Me pongo delante del ordenador y veo otros spots históricos que me gustan muchísimo más que éste. Por ejemplo, aquel spot del año 94 con un periquito super bien sonorizado, dándole a un balón con la cabeza, con el pecho, para acabar rematando de tijera… y con aquella voz del desaparecido Tino Romero que acababa diciendo: “Anem a jugar a futbol. Fes-te’n soci”… Lo ves (lo veías) y soltabas un “ohhh” por cada uno de los toques del periquito. Estaba dirigido a los que todavía no eran socios, pero alucinaba a todos. No había ninguna referencia externa, ni sombras, ni disparos con bayoneta desde el club hacia el exterior. Había orgullo y satisfacción. Eso: orgullo y satisfacción. Dos términos indispensables para el próximo spot.