Si, de Ecce Homo, quiero decir que al principio da la cara, queda bonito, hasta resplandeciente; tras la reanudación queda borroso, poco reconocible… Esto pasa cada fin de semana. ¿Es grave, doctor? No es grave amigo, pero empieza a ser preocupante, porque el partido que perpetraron ayer Espanyol y Athletic es digno de psicoanalista. A él le explicaremos que ya llevamos 100 goles en nuestra nueva casa: 58 en la portería de Cornellà y 42 en la de El Prat. ¿Sirve de algo este dato?
Seguimos con el mismo guión desde agosto. Todo es antagónico: primera parte contra segunda, coherencia contra nervio, conocimiento contra delirio, orden contra caos. Bañuelos contra Addelson… Bueno, se me ha ído la mano en ésta última comparación. Creo que son iguales. Pero queda claro que el equipo cambia y queda más incoherente que ver a Rosa Benito y Amador Mohedano en el 3/24. Y así, amigos, no vamos a ninguna parte. Bueno, vamos a una, que todos tenemos en la cabeza y que no diré. Necesitamos un psicólogo. ¿O mejor fichamos a Anthony Blake? ¿Recuperamos a Nakamura?
Ayer, en la jugada del tercer gol expulsan a Longo y Wakaso se lesiona en la asistencia. Salió caro, pero al menos dio un punto. El ghanés salió con raya roja en el pelo y no vió la amarilla. Si en el Villamarín vamos de verde ya jugaremos con un semáforo. Algo no funciona. Arrimemos el hombro entre todos. Mmmm… ¿Cuántas veces he escuchado esta frase en la última semana? Pues eso. Cuando ganamos por dos de ventaja en el Ciutat de Valencia, o ayer, nadie protesta, nadie grita, todo es alegría, ya ha pasado el bache, y súper contentos del equipito. Una hora después todo se hunde y viene lo fácil, que es rajar: el Consejo fuera, el Míster a la calle, este futbolista no vale, no vengo más, el día del Atlético de Madrid dejo el carnet…
Mucha calma. Ya sabéis que soy poco amigo de adular a los futbolistas. Que parece que a veces viven en Los mundos de Yupi, y que se les pide un máximo esfuerzo en hora y media a la semana, que tenemos todo el derecho a no animar… Pero esto lo sacamos entre todos. Confiemos en el Mister. Confiemos en este equipo. Le fallan dos ruedas; no cambiemos las cuatro. Acabo con una primicia. Un miembro del govern de Artur Mas -que tanto se preocupa por mi futuro laboral- me chiva que los pericos podemos ser la primera atracción en la futura Barcelona World. Al final les ha fallado la de la Caída Libre y quieren una parecida. Pese a todo: mucha calma. Saldremos de ésta.