Otra tarde decepcionante del RCD Espanyol. Desde la victoria ante la Real Sociedad, el equipo ha sido incapaz de ganar otro partido y lo más preocupante, las sensaciones resultan, cada jornada, más negativas. Presenciamos un partido penoso, con un punto rescatado de auténtico milagro. Este equipo debe jugar con mayor intensidad y ayer faltó ímpetu y espíritu de lucha. Un partido no se gana apretando los diez últimos minutos. Si los discípulos de Sergio se hubieran aplicado de idéntica forma desde el pitido inicial, seguramente la cosa hubiera transcurrido por diferentes derroteros. La falta de actitud en los primeros 80 minutos resultó alarmante. Puedes perder, ganar o empatar un partido, pero jamás bajar los brazos ni la lucha colectiva.
Este Espanyol no está en condiciones de regalar minutos al rival, porque lo acaba pagando. El Villarreal, sin hacer nada del otro mundo, jugó a placer hasta la recta final del choque. Uche pudo sentenciar, pero generó oxígeno y vida al Espanyol. El submarino se relajó y Colotto, providencial, empató. En definitiva, 90 minutos para reflexionar y el punto rescatado que sabe a gloria, tras otra pésima actuación del equipo, que no juega a casi nada. Una defensa tan sumamente blanda, un medio campo poco creativo y un ataque inoperante te pueden mandar, de cabeza, al pozo. A partir de ahora, la situación debe dar un vuelco porque este ritmo de puntuación conduce al sufrimiento y al desastre deportivo. Tras el parón liguero, la visita al nuevo San Mamés y el partido ante el Levante deben servir para revertir la dinámica, pues de lo contrario, el futuro será de todo menos apacible y positivo.
Como ejemplo, un dato preocupante. El Espanyol disparó a puerta, por primera vez, en el minuto 30 de partido. Así no vas a ninguna parte. La apuesta por Caicedo sigue resultando un fracaso total. Stuani aporta mucho más trabajo al equipo en aspectos de actitud, lucha, intensidad y goles. No entiendo el empecinamiento del entrenador con el delantero ecuatoriano, cuando no da una a derechas.
Me gustaría destacar el debut, como titular, de Eric. En general considero que cumplió y el partido no le vino grande. Debe mejorar en ciertos aspectos tácticos, pero me parece un central de mucho futuro y con enorme margen de progresión.
Cambiando de tercio, hemos vuelto a tener semana caliente entre el club y el consistorio de Cornellà. No entiendo como pudieron hacerse tantas concesiones al Ayuntamiento, en forma de generosas subvenciones a entidades deportivas de la ciudad. Es un despilfarro y una ligereza pagar 150 mil euros por temporada, además de estar fuera del alcance de una sociedad canina en lo económico. Cierto es que cada vez que habla el famoso teniente de alcalde de Cornellà, sube el pan. Porque desde la llegada del Espanyol, el trato del ayuntamiento ha dejado bastante que desear en numerosos aspectos. Muchas veces, si nos ceñimos a las manifestaciones del político de turno, puede llegar a dar la sensación que la entidad estorba. No estaría de más que, de vez en cuando, el político agradezca y reconozca la proyección que el club le ha dado a su ciudad y a unos terrenos que eran una gravera abandonada y un entorno degradado y olvidado por los máximos rectores del consistorio.