El jueves asistí a la presentación de las nuevas secciones de Seccions Deportives Espanyol. Han recuperado el mítico Baloncesto y nace una que nunca lució la blanquiazul: el Handbol.
Fue un acto ameno, de gran nivel institucional y entrañable por la presencia de veteranos que explicaron sus batallitas y que nos hicieron volar en el tiempo. Las nuevas secciones nacen arropadas por los presidentes catalanes y nacionales de las federaciones de los distintos deportes. Un acto que no se quiso perder un nutrido grupo de pericos que llenó la sala del Hotel donde se realizó. Pero… siempre hay un pero cuando se trata del Espanyol. Alguien ‘brilló’ por su ausencia, y ese alguien no fue otro que el club que nos mueve a todos. El club que llevan en el corazón muchos de los deportistas que lucirán el escudo de Seccions Deportives Espanyol, aunque para ello hayan tenido que bajar varias categorías para poder lucir la blanquiazul.
La blanquiazul. Los colores del Espanyol. Esos colores que cuando los ves no puedes por más que girarte a ver si los lleva un perico o pertenecen a otro club que también va de blanco y azul. El Espanyol el jueves se equivocó. Debió enviar una representación, aunque fuera un simple ejecutivo. Todos los parlamentos, todos los propósitos que allí se expusieron, solo tenían un objetivo final: hacer más grande al Espanyol.
Además, cuando el club cedió los colores, el escudo (sin corona, eso sí) y el ‘apellido’ de Espanyol debió saber a lo que se exponía. Tal vez entonces se pensó que esto no llegaría lejos y ahora se rasgan las vestiduras por un compromiso del que se arrepienten porque los pone en evidencia.
Las Seccions no piden dinero, insisto, no piden dinero, y además es muy fácil blindar cualquier tipo de relación, pero lo que no se puede hacer es seguir con esta política de avestruz; de meter la cabeza debajo de tierra a la espera de que arrecien las críticas, en vez de aprovechar todo lo bueno que el club puede sacar de este impulso que nace del corazón del espanyolismo.
Pero claro, para sentir esto hay que ser del Espanyol. ¿Que no es negocio? ¿Que nos puede despistar del principal objetivo? Pamplinas. Si sabes que a tu pueblo llega el equipo de hockey del Espanyol (de Seccions Deportives Espanyol), tú lo vas a ver, porque ver a deportistas luchar por esos colores acelera tu corazón, tu corazón blanquiazul.
¿Es tan difícil de entender?