Tras cinco jornadas de suplicio, llegó la esperada y necesaria victoria. El mensaje que nos dejó el partido de ayer fue de un Espanyol con carácter y decisión. Y eso que el encuentro se puso muy cuesta arriba con el gol del Levante en el minuto once de juego. Pero, a diferencia de otras jornadas, el equipo supo rehacerse y buscar la portería rival sin perder el orden táctico y la intensidad del juego. Darle la vuelta al marcador, ganar como se ganó ayer, aporta un plus de confianza brutal al grupo de Sergio. Genera una dinámica muy positiva y ese debe ser el camino a seguir. Tras el bochorno de Bilbao, el duelo ante el Levante suponía saltar al campo con un planteamiento similar al de una final, pero en la jornada trece. Y el bloque supo sacar el genio y la casta que suele faltar cuando disputa los partidos lejos del Power8. De entrada, el técnico buscó ciertos revulsivos con la entrada en el once titular de gente menos habitual, caso de Arbilla, Eric o Salva Sevilla. Arbilla completó un buen encuentro y sus centros, con una dosis de rosca, acostumbran a generar peligro en el área contraria. Eric, con su juventud, sigue progresando adecuadamente y su techo está todavía muy lejos. Me parece un central muy interesante, con un nivel de progresión infinito. En cuanto a Salva Sevilla, todo hace pensar que el andaluz ha encontrado el camino de la regularidad que llevaba buscando desde el arranque de la competición. Otro nombre propio para el análisis es el de Felipe Caicedo, ayer goleador y destacado por su trabajo. El ecuatoriano empieza a demostrar que, con un buen nivel físico, es un delantero muy interesante. Además de su faceta goleadora, quiero destacar su trabajo en la presión y su buena visión de juego cuando aguanta el balón para dar salida a la transición ofensiva del equipo. Si Felipe sigue evolucionando, llegará a ser una pieza determinante en el esquema del entrenador. Además, el ecuatoriano tiene a su favor que cuenta con un compañero de lujo a su lado, como es Sergio García. El mago del Bon Pastor volvió a sacarse de la chistera un gol de crack, que valió para levantar el partido y sumar tres puntos vitales. Sólo por ver jugadores de la calidad de Sergio, ya merece la pena ir a un campo de fútbol. Creo que debemos agradecer el esfuerzo de los jugadores pericos, ayer más que nuca. No resulta sencillo jugar en un campo con tanta agua, tras una jornada de lluvias torrenciales. En la segunda parte era imposible dar dos pases seguidos, especialmente a nivel de rasear el cuero. Es importante superar a un rival de tu liga y que llegaba con una buena racha de resultados, victoria incluída ante el Valencia en el duelo de la capital del Turia.
Si la semana pasada critiqué duramente la actitud de los jugadores en el bochorno de San Mamés, esta jornada toca animarles y reconocer su entrega y tesón, tras unos días complicados y de mucha presión. Ahora resta por superar una asignatura pendiente, desde el pasado mes de marzo, y es ganar un partido fuera de casa. A pesar de la dureza del calendario a corto plazo, hay que intensificar el trabajo. Ahora toca disfrutar de los tres puntos de ayer y de la Copa del Rey, el martes ante el Alavés. Luego llegará el momento de marcarse nuevos retos. Y mi reconocimiento y admiración a los valientes que ayer estuvieron en el estadio. Sombrerazo para ellos.