El debate creado por la renovación de carnets para la próxima temporada no tiene comparación con ningún otro en el pasado. La subida de precios después de una temporada gris y delante de un panorama de necesidad económica que da vender a nuestros mejores jugadores no llamaba a un buen presagio. La controversia está servida fomentada por las redes sociales. Renovar o no hacerlo, es el debate de esta semana.
Al mirar atrás, no puedo olvidarme de mis orígenes y del porqué de mi sentimiento perico. Mi abuelo fue el primero y mi padre después. No puedo romper mi carné porque no puedo romper mi sentimiento familiar y mi lazo con mi abuelo. Igual que no puedo ni quiero traicionar mi sentimiento hacia mi mujer ni mis amigos, no lo haré con el Espanyol. Por encima de todo está preservar lo que uno siente a capa y espada y defenderlo con orgullo y honestidad.
La subida de precios decidida por unos profesionales no harán dar la espalda a mi sentimiento de corazón. Renovar o no es una cuestión de querer y en algunos casos de poder. Los que no puedan por problemas económicos, es una decisión más que respetable, aunque el club tiene soluciones de financiación para aquellos a los que su voluntad les empuje a renovar. Los que no quieran renovar por sentimiento contradictorio a esa subida de precios les pido un instante de reflexión.
Reflexionemos, miremos atrás y acordémonos cuando éramos pequeños y todo lo que lucharon y aguantaron esas personas que nos llevaban a Sarrià. Hoy estamos indignados, renovar no es estar de acuerdo, y yo con ustedes, pero la lucha ha sido y seguirá siendo dura para defender nuestros colores. Seguiremos haciéndolo seamos o no socios así que, si se lo pueden permitir económicamente, prefiero luchar y mostrar mi carnet de socio como siempre he hecho con orgullo.
Orgulloso siempre estuvo mi abuelo de ese sentimiento, como ven en la foto, en uno de los regalos en un día de Reyes. Siempre recordaré ir a recogerlo los días de partido en mi coche y llevarlo a Sarrià y a Montjuïc. Muchas lágrimas hemos derramado por nuestro sentimiento y ni esta directiva ni ninguna me hará cambiar. Yo renuevo, por mí y por él.