Imano Alguacil es un tipo que me cae bien. Ayer se plantó en rueda de prensa sin quejarse de los árbitros pese a tener motivos y diciendo que su equipo jugó mejor que el rival, pero que ganar, es otra cosa. El partido, en honor a la verdad, no ando demasiado lejos de lo que dijo. La Real Sociedad gustó y se gustó, pero el que se llevó el gato al agua fue el Espanyol, al que tantas y tantas veces le ha pasado justamente lo contrario. Lo que otras veces se nos negó, ayer se dio de cara. Sí, Imanol tuvo razón, pero Vicente Moreno acabó teniendo más. Su plan, ese que pone a muchos pericos de los nervios, le volvió a salir redondo. Es imposible no hacer muchas cosas bien si quieres ganar a un muy buen equipo como el txuriurdín.
Y las hicimos. Para empezar, el equipo volvió a ser serio en defensa. La pareja de centrales volvió a ofrecer una fiabilidad altísima y Diego siguió con su racha que le sitúa como claro candidato al Zamora. Y eso que la Real Sociedad apretó desde el inicio, pero el buen hacer defensivo convirtió el dominio realista en algo estéril, sin amenaza real. Por contra, la mejor noticia de los espanyolistas sería la aparición de hombres de segunda línea a los que llevábamos tiempo esperando. Enseñó la patita Puado, que sin ser todavía el jugadorazo que esperamos tuvo las dos más claras de todo el primer tiempo del partido. Una primera parte donde volvió a quedar meridianamente claro que con Keidi Bare en el campo el equipo es otra cosa. Se le añoró retroactivamente, con él en el Camp Nou el cuento hubiese sido diferente. Y mientras todos estos carburaban, iba calentando motores un jugador diésel que habría de revolucionar el segundo tiempo. El auténtico Yangel de la guarda perico que nos libraría de todo mal con un zapatazo estratosférico que nos puso rumbo a la victoria. Tremendo.
Antes de lo comentado, había sucedido una jugada clave. No podemos escamotear la polémica como tantas veces se hace con nosotros. Mateu intervino en la jugada y posteriormente anuló el gol de Isak. Según algunas voces, pudo cometer un error. Personalmente, no puedo aportar mayor luz a la jugada. Desde que vi la mano de Piqué en Villarreal he decidido declararme incompetente para dictaminar cualquier recoveco extraño del reglamento. Pero no se preocupen, que ya saldrán voces expertas a justificar cualquier desmadre arbitral. Volviendo a lo que pasó con Mateu, el gol de los vascos, legal o no, no hubiese sido algo injusto para decidir un partido que deambulaba por el alambre. Pero esta vez el disparatado cara y cruz arbitral cayó de nuestro lado. Puede pasar cualquier cosa en un campeonato donde la seguridad jurídica simplemente no existe.
Cerramos noviembre con 20 puntos en el zurrón. La última vez que los logramos en Primera división fue en la jornada 26, tras empatar en casa con el Atlético. Imagínense. Tenemos buena parte del trabajo hecho y todavía le quedan 12 puntos a la primera vuelta. La cosa pinta bien, pero no es momento de relajarse, porque el próximo rival es un Rayo Vallecano que solo está a cuatro y que está demostrando que soñar sigue siendo posible. Y en tres días, el primer asalto de la Copa. Diciembre es un mes tradicionalmente cargado de emoción y de ilusiones. Háganlo posible.