Los Núñez, una familia de Lugo, son un buen ejemplo de cómo se puede uno enganchar al Espanyol por cirscunstancias de la vida. En este reportaje queremos explicar cómo Jesús se hizo perico y, poco a poco, fue metiendo este sentimiento a toda su familia de Lugo, y acabaron haciendo la Peña Espanyolista Valle de Lemos.
En algunos rincones del mundo nos encontramos grandes historias de aficionados pericos que, por algún motivo, se hicieron del Espanyol pese a no tener ningún lazo en común con el club. Y en una familia de Lugo tenemos un claro ejemplo de que la fe futbolística se inculca normalmente en el entorno familiar. Los Núñez, una familia lucense, han practicado durante generaciones una recta doctrina espanyolista de la que no se ha desviado ningún miembro del linaje. De ello se preocupó durante años Jesús, un emigrante lucense en Barcelona que eligió su propio destino futbolístico.
Emigró a Barcelona
Jesús, que falleció el año pasado, siguió el camino de muchos gallegos. Integró un éxodo que aún perdura. En la Ciudad Condal tuvo tres hijos: Javier, Manel y Suso, y todos tuvieron descendencia. Antes que la partida de nacimiento, todos tenían el carnet del Espanyol. Tras casi cuatro décadas en Catalunya, Jesús regresó a Galicia, una práctica cada vez más normal en muchos inmigrantes. Y en 1985 se produjo el regreso de parte de la familia, entre ellos Javier, quien aún siguió pagando un par de años más su carnet juvenil. Regresaron y en sus corazones se llevaron al Espanyol.
En su vuelta a Galicia se instaló en Bóveda, en el sur de la provincia de Lugo, cuyo equipo se enfrentó por primera vez en la historia, el pasado 7 de noviembre, al RCD Espanyol. Ese día fue especial para la familia. Y en tierras lucenses, se fundó en 2010 la Peña Espanyolista Valle de Lemos, con dos cabezas visibles. Javier Núñez, quien regresó a Galicia al poco de cumplir la mayoría de edad, y Antonio Feijoo, gran perico que durante muchos años ejerció de masajista en la cantera del Espanyol. Pese a haber dejado Barcelona, los Núñez no han querido perderse los grandes momentos de la historia reciente de la entidad perica. Miembros de la familia estuvieron en Glasgow y en la inauguración del RCDE Stadium, ese inolvidable 2 de agosto de 2009.
Con un carnet prestado
En declaraciones al periodista gallego Denís Iglesias, el hijo de Jesús recordaba cómo empezó todo. “Cuando mi padre fue a Barcelona, el equipo que representaba a los gallegos era el Celta. No existía el Superdepor. Su primer jefe le invitó a ver al Barcelona en Les Corts. No le convenció. El siguiente le ofreció ir a Sarrià y allí encontró su sitio. Un campo más pequeño, más de la clase obrera y con el que simpatizó de inmediato”.
Javier, al igual que su padre, también pudo presenciar partidos del Barcelona gracias a los carnets que le dejaba el señor Brunet, un lampista de Gràcia, donde vivían. “Una temporada vi al Espanyol con mi abono y al Barcelona, con el cedido”, apunta. En los partidos en feudo azulgrana nunca se levantó del asiento y esa experiencia en campo rival no hizo más que reforzar su sentimiento perico.
Con el paso del tiempo su implicación con el Espanyol fue a más y Javier empezó a viajar con la Peña Los Incansables. Con esta histórica embajada perica estuvo en Mallorca, Castellón, Madrid, Bilbao o Zaragoza. Y ya viviendo en Lugo, en 2006 disfrutó como nunca con la Copa del Rey que el Espanyol ganó al Zaragoza.
El viaje a Glasgow
Entre los muchos viajes que ha hecho para ver el Espanyol, Javier nunca olvidará lo que le costó llegar a Escocia en 2007. Fue con su prima y otro perico, y fue toda una odisea, ya que las comunicaciones desde Galicia eran complicadas. Y allí se encontraron con Feijoo, quien tenía las entradas. Vio el partido cerca de su hermano, y en esa final estuvieron presentes todas las ramas del árbol genealógico espanyolista de los Núñez.
Siempre que va a Barcelona intenta poder ir a ver al Espanyol, incluso aprovecharon un entierro para estar en el RCDE Stadium.
El sueño cumplido
El 2 de agosto de 2009, Javier hizo posible el sueño de su padre. A pesar de que sus piernas ya no respondían como antes, estuvieron en la inauguración de la nueva casa perica. “Nos queda para siempre haber salido en el video de la inauguración. Aparecimos como 20 veces…”. Javier, al igual que su padre, cuenta con muchas experiencias pericas. Y que sigan.