Pere Milla se reencontró este sábado con el Elche, el equipo en el que vivió algunos de sus mejores días como profesional… y donde también se ganó algunos enemigos tras su salida. Pero el de Lleida lo tenía claro: tocaba pensar solo en el Espanyol, y vaya si lo hizo. Fue de los más activos en el ataque perico, se vació en cada acción y estuvo a punto de marcar un golazo de tacón que habría puesto Cornellà patas arriba. Solo Iñaki Peña, que firmó un partidazo, se lo impidió.
Una victoria muy simbólica
Nada más acabar el partido, Pere Milla atendió a los medios oficiales del club con una sonrisa de oreja a oreja: “Hoy lo hemos celebrado, antes de tiempo pero es lo que tocaba, así que muy contento por celebrar este 125 aniversario con victoria, ha sido increíble”. El contexto no podía ser más especial, y para un jugador tan expresivo como él, el partido no fue uno más.
No solo fue una fecha especial por el aniversario, sino también por lo que suponía ganar al Elche, uno de los equipos revelación de esta Liga. “Nos lo han puesto muy, muy difícil, tiene un juego de pelota increíble, juegan muy bien pero nosotros hemos tenido muchísimas ocasiones para hacer más goles. No ha sido así, hemos sufrido un poco, pero es bonito sufrir”, valoró con franqueza.
De silbado a ídolo perico
No hace tanto, Milla era de los jugadores que generaban debate en la grada, incluso algún silbido cuando no salían las cosas. Hoy, en cambio, la ovación fue total. Y él lo agradece: “Me encuentro muy bien como siempre, darle las gracias por el apoyo que me dan, que me han dado pese a que a veces no salgan las cosas como uno esperaba, pero se ha de picar piedra. Soy así, aunque las cosas no salgan has de ir siempre adelante, contento por hacer feliz a la afición, por celebrar una victoria más en un día tan importante, y vamos a por más”.
Palabras sinceras de alguien que sabe lo que cuesta ganarse el respeto en un club tan exigente como el Espanyol. Y que ahora, desde la titularidad y siendo clave para Manolo González, se ha convertido en uno de los símbolos de este arranque tan ilusionante.
Un vestuario con alma
Pere también quiso destacar la unión del grupo: “Lo demostramos en el campo, con nuestros más y nuestros menos pero es una familia, para lo bueno y para lo malo”. No hay frase que resuma mejor el momento que vive el equipo. Porque más allá del juego o de las estadísticas -que no son malas, con 18 puntos en 10 jornadas, cinco victorias, tres empates y solo dos derrotas-, lo que se respira es un vestuario comprometido.