El Espanyol se marchó de Anoeta con un punto que sabe a poco. Iba ganando 0-2, lo tenía de cara, pero la Real Sociedad apretó en la recta final y acabó rascando un empate que dejó a los pericos con esa sensación de oportunidad perdida. Y el que dio la cara tras el pitido final fue Pere Milla, que está teniendo un arranque de curso muy protagonista.
El delantero se mostró muy serio en la tele: “Sí, porque se nos han escapado dos puntos. Metimos cuando peor estábamos, y ellos nos metieron cuando mejor estábamos nosotros. Lo hemos tenido ahí, una lástima porque habíamos hecho un buen partido pero sabemos que éste es un campo complicadísimo”. Sus palabras resumen el sentir de muchos: satisfacción por competir en un estadio complicado, pero rabia por no cerrar un triunfo que parecía hecho.
Cuando le preguntaron qué había pasado en ese tramo final donde el partido se les escapó, Milla no se escondió: “¿Qué ha pasado? Que Omar se ha resbalado, luego Barrene ha finalizado bien, ha tocado en Rubio, luego el público les he empujado y han hecho una gran jugada que era el 2-2”. Así, sin rodeos. Porque a veces el fútbol se decide por un detalle, un resbalón, y Anoeta no perdona.
A nivel personal, Pere Milla vive un momento dulce. Lleva semanas siendo importante para Manolo González y lo disfruta: “Sí, estoy entrando, jugando y ayudando al equipo que es lo que buscan los futbolistas profesionales. Siempre he dicho que los goles son como el kétchup, que a veces aprietas mucho y no sale y otras veces sin hacerlo sale todo”. La metáfora le salió sola, y refleja lo que siente: cuando la racha se abre, los goles caen solos.
En resumen, un empate que deja agridulce al equipo pero con un Pere Milla que sigue tirando del carro y se ha convertido en una de las mejores noticias en este inicio de temporada.
