Hay jugadores que hablan con el corazón, y luego está Pol Lozano. El centrocampista blanquiazul pasó por los micrófonos del programa Tot Costa de Catalunya Ràdio para repasar la actualidad del Espanyol… y lo hizo con ese tono que solo se tiene cuando uno lleva toda una vida con el escudo en el pecho. Porque sí, este año se cumplirán 21 desde que pisó por primera vez la Dani Jarque.
Con la pretemporada en marcha y el equipo aún a medio cocer, Pol transmite buenas sensaciones. Se le ve cómodo, enchufado, con ganas de que llegue ya la competición. Y no es casualidad. “Se ha querido dar continuidad a la segunda parte de la temporada pasada. Acabamos cansados bastantes partidos pero en juego y sensaciones se acabó bastante bien”, explica. Y ese mismo espíritu es el que detecta en los fichajes que han llegado este verano: “Son perfiles diferentes a los que se ficharon la pasada temporada al principio, gente que conoce el fútbol de aquí, que hablan el mismo idioma, muy bien. Todo positivo de momento”.
Marcos y Manolo, nombres propios
Preguntado por quién le ha sorprendido entre los nuevos, no duda: “Me está sorprendiendo mucho por su actitud y la categoría de la que viene Marcos, el delantero del filial del Betis”. Habla bien del chico, pero sin crearle presión. “Se lo está trabajando bien. Antes o después, este año o el que viene -eso ya no lo decido yo- le llegará la oportunidad y estoy seguro que lo hará bien”.
Y si hay alguien que puede ayudar a Marcos a dar ese salto, es Manolo González. Pol lo tiene clarísimo: “Lo importante aquí es que se lo ha ganado él. Es muy cercano y nos dice las cosas claras y eso un jugador lo agradece, sobre todo los que no participan tanto. Estamos a muerte con él”.
Puado, Joan y el sentimiento de pertenencia
Otra figura clave en el vestuario es Javi Puado, cuya renovación ha sido una de las grandes noticias de este verano. “Al final es nuestro capitán. Llevo jugando con él desde antes de hacerlo con el Espanyol, en la selección catalana y española. Me llevo muy bien con él, y estoy muy contento de que esté aquí porque, aparte de ser amigo mío, nos aporta muchísimo”, dice Pol.
Sobre la salida de Joan García al Barça, la postura es clara y sin drama: “No soy nadie para cuestionar ninguna decisión; es una decisión totalmente personal. Yo no la sabía en ningún momento, sinceramente. No es un jugador del Espanyol, no es algo que sinceramente me preocupe mucho”. Y cuando le preguntan si le contó algo: “A mí no, personalmente. Al final, no sé qué hubiese hecho si lo hubiese sabido. ¿Si lo entiendo? Yo soy perico… decisiones personales”.
La palabra “perico” aparece mucho en su discurso. No como pose, sino como forma de vida. Y ahí entronca perfectamente con el mensaje que lanza Garagarza sobre recuperar el sentimiento de pertenencia. “Se ha conseguido tener un sentimiento de pertenencia a lo que es el club, lo que es el Espanyol y lo que genera ser perico. Cualquier persona que he visto que viene de fuera se enamora de lo que es esto, y es una pasada”, resume.
Su mejor versión está por llegar
Pol tiene 25 años y lo sabe: lo mejor de él aún no se ha visto. “Sí, 100%. Llevo muchos años en el primer equipo pero cuando más he jugado en Primera ha sido este año. El año pasado hice un paso adelante y este año toca hacer dos”. Y lo dice con hambre, con responsabilidad, con autocrítica: “He de mejorar muchísimas cosas, como la llegada al área. Todo lo que son estadísticas también: goles y asistencias. Pero creo que vamos por buen camino”.
A nivel físico, reconoce que el pasado curso fue duro: “Había partidos en que sólo podía aguantar 45 minutos. Este año espero aguantar 90”. Pero tiene claro que está en el lugar correcto, con un míster que le entiende: “Tengo una idea de fútbol inculcada que creo que se parece a la suya. Es un punto a favor que puede ir de la mano y confiar en alguien que esté en el campo”.
¿Una temporada ilusionante?
Pol no se esconde cuando le preguntan por lo que puede venir: “Se ha de dar un paso adelante. Acabamos muy bien con una idea de juego que era muy buena. Si conseguimos recuperar esas sensaciones, puede ser un año que los pericos pueden disfrutar mucho. Puede ser un año ilusionante y bastante importante para nosotros”.
Y por si quedaban dudas de hasta dónde llega su compromiso con este escudo, lanza un deseo que vale por todo lo demás: “He visto al Espanyol ganar Copas del Rey y perder finales de la UEFA. Me gustaría algún día ganar una Copa o algún campeonato europeo, que es la espinita del club. Daría la vida por conseguirlo”.

