La Copa del Rey tiene esa cosa de examen sorpresa: te presentas con buenas sensaciones, convencido de tus posibilidades, pero si te confías, te la puedes pegar. Y el Espanyol, ahora mismo, llega a Palma para medirse al Atlético Baleares con ese punto de equipo que compite y no se cae cuando toca sufrir, de que está un su prime… aunque en un cruce a vida o muerte eso solo sirve si lo demuestras en el césped.
El Espanyol llega crecido tras lo de Balaídos
El 0-1 ante el Celta fue de esos resultados que te cambian la cara durante toda la semana. El Espanyol está 6º, suma 24 puntos y va empatado con el 5º, el Betis, y lo mejor de todo es que ya no suena a milagro ni a cuento: el equipo da la sensación de ir de verdad, de saber qué partido tiene que hacer y de no temblar cuando el guion se pone feo.
La trampa de la semana: piernas, rotaciones y el Rayo asomando
Aquí viene el “sí, pero”: el calendario muerde. El domingo a las 18:30h hay otra batalla en el RCDE Stadium contra el Rayo Vallecano y eso obliga a mirar el reloj interno del vestuario. Lo lógico es que Manolo González reparta minutos, porque hay que hacer sentir a todos que son importantes y cuidar el desgaste, pero con esa línea fina que en Copa siempre es peligrosa: rotar no puede ser desconectar, porque en un partido único te quedas fuera por un detalle tonto y luego es tarde para arrepentirse.
Manolo González se toma la Copa muy en serio
Manolo González afronta con seriedad y ambición esta eliminatoria, como dejó claro en la previa. “El equipo tiene una mentalidad de ganar o intentar ganar siempre. La Copa, al igual que la Liga, es importante”, explicó antes del viaje a Palma. Insistió en que saldrán con un once competitivo, formado íntegramente por jugadores del primer equipo, y dejó claro que no hay margen para la relajación: “Nos lo tenemos que tomar en serio y competir al máximo para pasar”. También recordó que este tipo de partidos, en campos con presión, pueden complicarse: “Jugar contra un equipo ordenado es difícil. Hay que ganar con fútbol, sabiendo jugar el partido”.
Del rival, Manolo solo tuvo palabras de respeto. “Tienen una plantilla muy buena y uno de los mejores entrenadores del grupo sin duda”, dijo sobre el Baleares y su técnico, Luis Blanco, a quien conoce mejor que nadie. Aunque reconoció que valorarán las cargas de minutos para decidir si entra algún chico del filial, el mensaje fue claro: “Planteamos la Copa para ganarla”. Para Manolo, este torneo no es un pasatiempo ni un banco de pruebas, y por eso avisaba: el Espanyol no va a Palma a cumplir el trámite, va a pasar ronda.
Un Atlético Baleares con ganas de liarla (y con contexto de equipo serio)
Enfrente habrá un Atlético Baleares que llega a la cita con el pensamiento de “hoy toca día grande” y con pinta de creérselo de verdad. Es un equipo de zona alta en el Grupo III de Segunda RFEF y llega además con el impulso de llevar cuatro partidos sin perder, los últimos tres de ellos triunfos, y tras haber ganado 0-1 al Atlètic Lleida, que precisamente fue el rival del Espanyol en la primera ronda Copera. Y aunque su objetivo prioritario sea pelear por el ascenso directo o en su defecto por el play-off, esta Copa les puede servir como escaparate y como refuerzo mental, que traducido al idioma del fútbol es esto: o el Espanyol sale muy serio… o se mete en un lío.
Luis Blanco, ex perico en el banquillo y un punto extra de picante
Que el Baleares esté dirigido por Luis Blanco, ex perico, excelente persona y magnífico profesional, le mete una chispa especial al cruce. Estas noches suelen ser de estadio encendido, jugadores crecidos y entrenador apretando, porque enfrente viene un Primera y eso es una motivación brutal. Y si encima el viene con confianza, la mezcla te obliga a estar con la mente puesta en el partido al 100%.
Luis Blanco transmitió con naturalidad la emoción que vive el vestuario ante la visita del Espanyol. “Es un partido muy ilusionante para toda la afición y el club”, aseguró el entrenador de Santa Coloma, dejando claro que el objetivo no es solo disfrutar, sino competir de verdad. “Vamos a intentar poner las cosas difíciles”, afirmó con convicción. Aunque reconoció que el Espanyol “son palabras mayores” y que se enfrentarán “a uno de los rivales más difíciles que nos podía haber tocado”, también destacó que este tipo de choques sirven “para mejorar como equipo”. Luis, que no podrá contar con Iván López, Andone ni Rubén Bover, confirmó que completará la convocatoria con jugadores del juvenil, como premio a su trabajo.
El duelo tiene además un componente emocional para el técnico, que no escondió su vínculo con el Espanyol. “Me hace mucha ilusión la eliminatoria”, confesó, recordando sus años en el club perico. “Me lo han dado todo”, dijo con gratitud, aunque dejando claro que su ambición ahora está con el Atlético Baleares: “Todos queremos ganarles”. Blanco aseguró que pondrá “la mejor alineación posible”, pese a tener otro partido de liga el domingo, y lanzó un mensaje directo a la afición: “Queremos que nuestro público se sienta orgulloso de nosotros”. Un partido especial, en un escenario especial, para un entrenador que se reencuentra con su pasado sin olvidar su presente.
Memoria copera: si te relajas, te pueden pintar la cara
El Atlético Baleares se vive en Palma como algo más que “el otro club”, y ese relato de orgullo obrero que se repite alrededor del equipo también se nota cuando llega la Copa. El Estadio Balear suele apretar cuando hay día grande, y el club, con Ingo Volckmann en la presidencia, presume de estabilidad y de querer reencontrarse con su mejor versión. No es solo romanticismo: tienen memoria copera reciente y eso pesa.
En la 2021-22, el conjunto palmesano se montó una historia bonita de las que todavía se cuentan: eliminó al Getafe (5-0) y al Celta (2-1) antes de caer con el Valencia en octavos. Es decir, saben lo que es ver a un Primera delante y no achicarse.
Factor Copa: o sales a mandar o te complicas la vida
El resumen para el espanyolismo es bastante simple: si el Espanyol compite como en Balaídos, tendrá mucho ganado; si no afronta la cita con la necesaria mentalidad y motivación, se expone a un partido incómodo, de los que se atascan y te obligan a ir con el corazón en la boca. Palma no es un paseo, el rival va a ir con hambre y el formato no perdona. Y eso, los pericos, ya lo hemos vivido tantas veces que casi da rabia repetirlo… pero más rabia da cuando pasa.
