Este viernes, el Espanyol vuelve a la competición con un partido que puede servir para marcar tendencia, una visita el Carlos Tartiere para enfrentarse a un Real Oviedo que estrena entrenador y atraviesa turbulencias internas de calado. Para los de Manolo González, que vienen de cuatro jornadas sin ganar -derrota en el Bernabéu y en casa frente el Betis y sendos empates ante Valencia y Girona- es, objetivamente, una oportunidad de oro para volver a sumar de tres. El calendario, el rival y las sensaciones invitan al optimismo, aunque en esta Liga tan apretada no se puede fiar nadie de nadie ni una vez plantados en el verde, nada es sencillo.
Cambio de banquillo polémico en el Oviedo: Luis Carrión, entre recelos
Durante este parón, el Oviedo destituyó a Veljko Paunovic, el héroe del ascenso que retornaba al equipo a la máxima categoría tras 24 años de espera, en una decisión que ha sido muy comentada entre la afición carbayona. El equipo no estaba en descenso, llevaba dos victorias y tiene otros cuatro conjuntos por debajo, pero el club decidió cortar por lo sano y apostar por Luis Carrión. Un técnico conocido por su carácter y por su pasado reciente en el club… que no todos recuerdan con cariño, precisamente, como se infiere estos días si uno ojea las redes sociales de los aficionados ovetenses.
En la ciudad carbayona todavía escuece su salida de hace dos temporadas, cuando muchos lo acusaron de “marear la perdiz” mientras -según se rumoreó- ya tenía un acuerdo con la UD Las Palmas. Su llegada ahora, con un contexto difícil y sustituyendo a un personaje muy querido, divide a la afición. El propio cambio de entrenador parece más un gesto de impaciencia provocado por incompatibilidad con un personaje de fuerte carácter como el serbio que una apuesta meditada.
El Oviedo es el segundo peor equipo en ataque de toda LaLiga
Además de este factor, digamos emocional, los números también hablan claro de la situación del equipo. El Oviedo ha sido, hasta ahora, un equipo que ni genera ni finaliza bien. Según datos publicados en ElDesmarque tras utilizar el Big data, los asturianos promedian solo 7,75 remates por partido, muy por debajo de la media (11,6). Apenas 14,9 toques en área rival por encuentro (frente a los 22,1 del resto de la liga) y solo 0,41 asistencias esperadas. Todo esto refleja una cosa: el Oviedo ataca poco y mal.
| Métrica (por partido) | Real Oviedo | Promedio LaLiga 25/26 |
|---|---|---|
| Goles sin penaltis | 0.50 | 1.18 |
| Goles esperados (xG) | 0.82 | 1.30 |
| xG por gol sin penaltis | 1.64 | 1.24 |
| xG a balón parado | 0.21 | 0.20 |
| xG por remate | 0.11 | 0.11 |
| Remates | 7.75 | 11.60 |
| Pases por remate | 43.2 | 36.1 |
| Progresiones al último tercio | 33.0 | 50.8 |
| Toques en área rival | 14.9 | 22.1 |
| Asistencias esperadas (xA) | 0.41 | 0.75 |
| Participación xG | 3.07 | 5.25 |
| Centros por xG | 0.17 | 0.20 |
| Duelos aéreos ofensivos ganados | 5.75 | 6.09 |
Cuando remata, no lo hace tan mal -sus goles esperados por remate (0,11) están en la media-, pero la escasez de llegadas es un problema estructural. No se trata solo de falta de puntería: es que les cuesta una vida construir una ocasión clara. Por algo, para generar un remate, necesitan 43,2 pases, muy por encima del promedio de 36,1. Un equipo espeso, previsible, que soba mucho el balón y que pierde chispa cuando pisa zona de peligro.
En defensa, encajan más que nadie y presionan poco
Y por si fuera poco, en defensa el Oviedo tampoco da buenas sensaciones. Su media es de 16,5 remates concedidos por partido, una barbaridad. Solo por eso, Aarón Escandell está siendo uno de sus mejores jugadores. Encajan de media 1,75 goles por encuentro sin contar penaltis, otro dato que los coloca entre los peores de la categoría.
| Métrica (por partido) | Real Oviedo | Promedio LaLiga 25/26 |
|---|---|---|
| Goles sin penaltis en contra | 1.75 | 1.18 |
| xG concedido | 1.90 | 1.30 |
| xG por gol sin penaltis concedido | 1.08 | 1.13 |
| xG a balón parado concedido | 0.25 | 0.20 |
| xG por remate concedido | 0.11 | 0.11 |
| Remates concedidos | 16.5 | 11.6 |
| Posesión del rival | 59.5% | 50% |
| % duelos aéreos defensivos ganados | 62.6% | 51.7% |
| Tackles / Fue regateado | 76.5% | 76.9% |
| Recuperaciones en campo contrario | 8.75 | 13.6 |
| Recuperaciones peligrosas | 3.38 | 6.02 |
| % acciones defensivas altas | 37.3% | 44.3% |
| PPDA (pases por acción defensiva) | 27.1 | 15.0 |
Además, el equipo presiona poco y lo hace lejos del área rival. Recuperan menos balones en campo contrario (8,75) que la mayoría de equipos y tienen una de las tasas más bajas de acciones defensivas en zonas adelantadas (37,3%). En otras palabras: se repliegan, aguantan y esperan que el rival no acierte.
El Espanyol, obligado a aprovechar el contexto
Con todos estos ingredientes, y con el recuerdo aún fresco del buen inicio perico, este partido en Oviedo parece hecho a medida para que el Espanyol dé un golpe sobre la mesa. Aunque Puado será una ausencia sensible el equipo, que ha tenido tiempo para resetear, sabe que una victoria en el Tartiere puede cambiar muchas cosas: cortar la mala racha, coger confianza y dejar claro que, cuando toca, este equipo responde.
No será un paseo, porque esta Primera división nunca lo es. Pero si el Espanyol está mínimamente a su nivel, tiene argumentos -fútbol, bloque, talento- para superar a este Oviedo que llega entre dudas y divisiones.