Después de dos semanas sin Liga, el Espanyol vuelve a lo suyo con una salida nada sencilla. Toca visitar el Carlos Tartiere, un campo de esos que aprietan con una afición entregada con los suyos, un Oviedo que llega necesitado y con la obligación de no dejar escapar más puntos si quieren conseguir su objetivo, el conservar esa plaza en la máxima categoría que les ha costado 24 años de lucha. Para los de Manolo González es una prueba seria, exigente, pero también una buena oportunidad para demostrar que el equipo está fuerte, que no se viene abajo por una derrota y que sigue creyendo en lo que hace. La última imagen fue la del penalti que Puado no pudo convertir en el 102’, ese final amargo ante el Betis que dolió más por cómo se dio que por lo que significó. Ahora, toca mirar hacia adelante.
Las aguas bajan agitadas en Oviedo antes de recibir al Espanyol
Los de Luis Carrión, que se estrena en el banquillo carbayón en este Oviedo – Espanyol tras el polémico cese de Veljko Paunovic, algo que no ha agradado nada a una afición carbayona que aún no olvida lo que envolvió a su no a renovar tras perder la final del playoff de ascenso ante el Espanyol ya que al parecer tenía apalabrada su marcha a la UDLP, están con el agua al cuello. Vienen de perder en casa contra el Levante, en un partido que su antiguo entrenador llegó a calificar como “una final”, y lo peor no es el resultado: es la sensación de que no terminan de arrancar. Han tenido buenos ratos de juego pero les cuesta un mundo marcar goles, y cuando bajan un poco el ritmo, lo pagan muy caro. Como decimos, el ambiente en el Tartiere va a ser de los que meten presión: el Oviedo necesita dejar un poco de lado esas grandes tensiones internas ya que necesiata sumar sí o sí, y eso lo convierte en un rival peligroso. Pero también puede jugar en su contra si el Espanyol sabe golpear primero y maneja los tiempos, algo que además podría hacer estallar a la grada.
Centrado en el Espanyol y en sacar rendimiento inmediato
Luis Carrión afronta su debut en esta segunda etapa al frente del Real Oviedo con la mirada puesta únicamente en lo deportivo. En la previa del partido ante el Espanyol, Carrión dejaba claro que su única preocupación es “ver cómo podemos hacerle daño al rival” y empezar esta nueva era con una victoria en el Tartiere.
Carrión insitía que está “centrado en ver cosas del Espanyol y datos del equipo para tratar de ganar”, y que no se ha parado en polémicas ni en la situación institucional: “No me he parado en lo demás”.
Impresión positiva de la plantilla
El preparador se mostraba sorprendido para bien con lo que se ha encontrado en estos primeros días de trabajo: “Ha sido mejor de lo que pensaba. Hay un grupo bueno, trabajador y receptivo”. Cree que hay mucha homogeneidad en el nivel y que tiene “más de once o doce jugadores en condiciones”, lo que le da alternativas para el once y el banquillo.
Cómo hacer daño al Espanyol
Aunque no quiso dar pistas, insistió varias veces en que su objetivo es “entender qué le hace más daño al Espanyol” y que quiere un equipo que “llegue con más gente arriba” y que “lleve el partido a lo que le interesa”.
Del Espanyol destacaba que “están muy trabajados y van a mejor”, incidiendo en la calidad de sus hombres de arriba y su búsqueda de ser efectivos por dentro.
Un once todavía abierto, pero con ideas claras, y el Tartiere como factor clave
Carrión dijo tener una idea de lo que quiere, pero también dejaba claro que “el banquillo puede ser clave para mejorar el partido”. Forés ha sido uno de los nombres propios, al que considera un perfil diferente que pueden aprovechar.
Espera para esta noche un “estadio espectacular” como en otras etapas, y se mostraba en que la afición apoyará al equipo sin importar lo que haya pasado en los últimos días. “No me preocupa, no hablo con los jugadores de eso. Lo importante es que el Oviedo gane”, insistía.
Ambición, pero paso a paso
Aunque respaldaba el discurso ambicioso de mirar a Europa que marcaba en su visita a Oviedo el dueño del Grupo Pachuca, quiso dejar claro que ahora mismo “no será sencillo ganar al Espanyol” y que hay que ir partido a partido. De su experiencia anterior, recuerda cómo con un equipo que cogió último estuvo cerca del ascenso precisamente ante de los de Manolo González: “Tiene que ser difícil ganarnos, estamos capacitados para ganarle a cualquiera”.
En definitiva, vimos un Luis Carrión muy centrado en lo táctico, con respeto por el Espanyol y consciente de que una victoria sería clave para comenzar con buen pie.
El Espanyol quiere volver a sumar (y dejar claro que va en serio)
Pese a la derrota ante el Betis, dolorosa por cómo se produjo y por ser ante un rival que se ha convertido en tremendamente antipático para la afición, la sensación general es que el equipo sigue transmitiendo cosas buenas. Compite, genera ocasiones, y da la impresión de que siempre está cerca de ganar, pero no es menos cierto que no basta con hacer bien las cosas: hay que convertirlas en puntos. Manolo González fue claro tras la derrota ante los de Pellegrini: “O cerramos la portería o tendremos un problema”. Y no le falta razón. El Espanyol está atacando mejor que el año pasado, se asocia bien, tiene llegada, pero necesita estar más fino en las dos áreas, ya que por una parte le cuesta horrores marcar y en cambio, falla en momentos puntuales a la hora de cubrir su portería, impidiendo que esas buenas sensaciones se trasladen a la tabla clasificatoria.
Manolo González: “Vamos a salir a morir en Oviedo y a ganar desde el minuto uno”
Manolo González pasaba ayer jueves por sala de prensa para analizar la previa de este Oviedo – Espanyol, una visita siempre exigente: “Vamos a tener un ambiente duro, difícil, pero me preocupa lo nuestro. Llegamos bien, queremos salir a ganar y hacer un buen partido”.
Buenas sensaciones… pero falta rematarlas
Aunque el equipo viene de perder contra el Betis, el mensaje es claro: se compite bien, se generan ocasiones, y hay fe total en el plan entre los jugadores. “Están tranquilos, saben que este es el camino. El equipo no se ha construido a partir de resultados, sino desde una creencia en el juego y en la mentalidad”, explicó. Aun así, fue claro con lo que falta: “El fútbol es ganar, ganar y volver a ganar. No puedes jugar bien veinte partidos sin ganar, eso no vale de nada”.
La baja de Puado y la duda del sistema
Sobre la ausencia de Javi Puado, una de las grandes incógnitas para este partido, Manolo dejó claro que no habrá revoluciones: “La baja de un jugador no implica cambiar el sistema. Más que sistema, hablamos de colocación, porque nunca jugamos igual, nunca atacamos igual”. Todo dependerá del tipo de partido que espera y del perfil del rival.
En defensa, competencia sana; en ataque, gol por construir
En defensa, la pareja de centrales para Oviedo está clara, pero Manolo celebra tener a varios jugadores en buen nivel. En ataque, se mostró satisfecho con lo que genera el equipo, aunque reconoce que aún cuesta traducir ese volumen ofensivo en goles: “Nos generan poco, pero hay que dejar la portería a cero. No puedes esperar meter tres o cuatro goles cada partido”.
Sobre el Oviedo, respeto máximo pese al cambio de técnico
Preguntado por el efecto “nuevo entrenador” tras la llegada de Luis Carrión, González reconoció que puede cambiar algo la idea de juego, pero que los jugadores son los mismos. “No puedes cambiar de un día para otro todo lo que vienes haciendo”, avisó. Y dejó una reflexión curiosa sobre su propio camino desde el playoff ante el Oviedo hasta ahora: “He tenido la suerte de que el club y los jugadores confiaron en mí. Ahora se trata de seguir creciendo”.
La motivación, siempre presente
Y para cerrar, una frase marca de la casa: “Motivados siempre. Podemos ser más altos, más guapos, jugar mejor o peor, pero vamos a salir a competir en todos los campos. Mañana vamos a salir a morir en Oviedo y a ganar desde el minuto uno”.
En definitiva, este Espanyol está a buen nivel, y si se afinan esos pequeños detalles, puede dar un paso adelante. Ganar en Oviedo supondría más que tres puntos: sería una declaración de intenciones. El equipo está creciendo, está mejorando y sabe que tiene lo necesario para engancharse arriba.