La sala President ha sido el escenario, un año más, de uno de los actos más emotivos de la temporada: la entrega de las insignias de oro a los pericos que celebran sus 50 años como socios de manera ininterrumpida. Centenares de espanyolistas han llenado la sala que presentaba un aspecto inmejorable para esta ocasión tan especial. La ilusión, las caras de felicidad, la expectación, la emoción… han inundado la Sala President que ha reunido a algunos de los espanyolistas más leales y fieles.
Tras los acordes del himno, los asistentes se han llevado una de las grandes sorpresas de la jornada. José María Rodilla, exjugador del RCD Espanyol en 1964, ha dedicado unas palabras a los homenajeados y a todos los familiares y acompañantes. Rodilla, que se erigió en uno de los futbolistas más carismáticos de aquella época, ha recordado algunas anécdotas, ha hablado de Kubala y Di Stéfano y también ha enviado un mensaje pidiendo paciencia a la afición. Rodilla, ovacionado por todos los presentes, no ha dudado en sumarse a una jornada tan especial.
Después de las palabras de Rodilla, ha llegado el turno del presidente blanquiazul, Joan Collet, que no ha dudado en felicitar a todos los socios por esta celebración. Collet ha repasado algunos de los episodios más importantes de estos últimos 50 años del club y ha pedido a la masa social que recupera la autoestima y la confianza. Asimismo, ha recordado que ser perico es una tradición que pasa de padres a hijos.
El presidente del RCD Espanyol, Joan Collet, los vicepresidentes adjuntos a la presidencia, Anna Maria Fusté y Francesc Ciprés, el vicepresidente, Albert Garrofé, y el presidente de la Federació Catalana de Penyes de l’Espanyol (FCPE), Alberto Ariza, han sido los encargados de entregar las insignias y los diplomas acreditativos a los homenajeados. Los asistentes no han podido ocultar su satisfacción tras recibir los diferentes obsequios.
Entre las personas que han recibido esta distinción se encuentran Ramón Spa, directivo en la época del presidente Antonio Baró, Manel Fanlo, director de comunicación del club en la época de Sarrià, o Vicenç y Mercè Gómez, padre e hija que celebran juntos los 50 años.
Después de repartir todas las insignias y diplomas, el acto ha finalizado con la tradicional foto de familia de los homenajeados sobre el terreno de juego. Los asistentes han disfrutado de una mañana única y han podido celebrar sus 50 años como socios de la mejor manera posible en un marco único e incomparable. ¡Felicidades!