Abelardo Fernández habló esta semana, en El Comercio, sobre su paso por el Espanyol en una extensa entrevista en la que dejó un mensaje muy claro para su ex equipo: “A Primera no se sube con el escudo, se hace con valores”.
Durante su charla, el gijonés, admitía que La temporada de la entidad perica “fue rara. Con cuatro entrenadores: empezó David Gallego, llegó Pablo Machín, fui yo y terminó Rufete. Cuando el Espanyol desciende, es culpa de todos. Aunque cuando yo fui allí faltando una jornada para acabar la primera vuelta, tenía diez puntos. Mis números no fueron ni mucho menos de descenso. Pero sabía que tenía que hacer números de Europa League o de Champions para salvar al equipo. Sabía perfectamente la dificultad. Pero me van los retos”.
El camino fue tortuoso, pero pese a ello, admitía que “no diría que acabara quemado. Fue difícil. Porque me tocaron esos dos meses del confinamiento. Después, volver con los entrenamientos individuales, los grupos…. Y jugar sin público fue una experiencia muy extraña, pero al mismo tiempo fue buena, incluso diría que muy buena”. Y acto seguido, admitía que “es verdad que fue muy extraña mi salida. Esa semana estábamos hablando de poder continuar allí incluso aunque el equipo descendiese. Entonces ocurrió algo extraño e inesperado. Me llamaron el día después de jugar contra el Real Madrid para decirme que no iba a seguir. Lo acepté y estoy agradecido de pasar por el Espanyol”.
Y finalmente, remataba sus declaraciones sobre su ex equipo, el blanquiazul, advirtiéndole de cara a la próxima temporada que pese a que “va a tener una ayuda importante de treinta millones, el dinero no lo es todo”. Para terminar sentenciando que “a Primera no se asciende con el escudo. Se sube con valores”.