El Espanyol, una vez más, volvió a tropezar con la misma piedra. A los blanquiazules, sea por el motivo que sea, históricamente se le resisten los colistas tanto cuando juegan en Cornellà como a domicilio. El Levante, que está empezando a reaccionar desde la llegada de Rubi, llegó a Cornellà ocupando el farolillo rojo y cumplió con la tradición de amargarle el partido a los blanquiazules.
El Espanyol solo ha sido capaz de ganar dos de sus últimos 11 partidos de Liga ante los colistas, con cinco empates y cuatro derrotas. Aunque a priori puedan parecer partidos asequibles, a los espanyolistas se les atragantan. Y ayer no fue una excepción, y el equipo perdió una gran oportunidad para enganchar a la afición y de paso consolidarse en la zona media de la tabla, con los puestos de descenso bastante lejos. En la segunda parte, tras tirar la primera, el equipo reaccionó, pero se quedó a medias y demostró que otra de sus asignaturas pendientes es remontar un partido en casa, ya que la última vez que lo hizo fue en noviembre de 2014, precisamente ante el Levante.
Sangría en Cornellà
La plantilla se había concienciado para sacar los dos partidos que quedaban en casa antes de finalizar el 2015. Contra el Levante volvieron a demostrar que Cornellà hace tiempo que dejó de ser un fortín. En los cuatro últimos encuentros ante su afición, el conjunto de Sergio González perdió con el Sporting, empató contra el Granada, ganó al Málaga y sumó un punto contra el Levante. De 12 puntos, solo han sacado cinco. Muy pocos para tener una temporada tranquila, y más si tenemos en cuenta la entidad del rival, ya que, en estos momentos, los cuatro están entre los siete últimos de la tabla.
El próximo rival en el Power8 será Las Palmas, precisamente el equipo que tras la jornada 14 cierra la clasificación de Primera División. Un partido que se disputará el sábado 19 de diciembre, lo que hace pensar que el estadio seguirá presentando las flojas entradas de las dos últimas jornadas; ayer solo 14.875.
Vuelven a encajar pronto
Otra de las tradiciones que no se está rompiendo es la de encajar un gol en los primeros compases. Ayer, Lerma superó a Pau en el minuto 6, tras un tremendo error de Enzo Roco que perdió un balón en la frontal del área. Un gol que condicionó el devenir del partido y que confirmó que el equipo no acaba de salir enchufado. En la segunda parte, ya con el marcador en contra, los blanquiazules cambiaron su actitud y lograron igualar el marcador.