Albert Riera, uno de los protagonistas de la final de Glasgow, anunció ayer a sus 35 años y a través de las redes sociales que colgaba definitivamente las botas. “Es hora de decir adiós como jugador. Gracias a los clubes y seguidores que han estado conmigo desde 2001 hasta hoy. Orgulloso y agradecido por la forma en que hemos estado juntos durante 17 años. Ahora mirar hacia adelante e impaciente por mi nueva etapa. Gracias, fútbol”, escribió Riera en su cuenta de Twitter.
El centrocampista manacorí llegó al Espanyol en verano de 2005, tras triunfar en el Girondins de Burdeos, aunque en su primera temporada no le acabaron de salir las cosas. No entró en los planes de Miguel Ángel Lotina, que solo le dio ocho partidos, y en el mercado de invierno fue cedido al Manchester City. Tras unos meses en la Premier, con la llegada de Ernesto Valverde al banquillo perico, regresó al club y empezó a tener protagonismo. En su primera temporada completa como perico disputó 28 partidos de liga y fue uno de los jugadores destacados en la Europa League, marcando el primer gol de la final de Hampden Park ante el Sevilla. Su buen momento le permitió alcanzar la internacionalidad. En la siguiente campaña, también con el ‘Txingurri’ en el banquillo, siguió ofreciendo un gran nivel, disputando 36 partidos de liga en los que marcó cuatro goles, lo que hizo que despertara el interés de varios equipos. En la recta final del verano de 2008 fue traspasado al Liverpool por 9 millones de euros.
Tras dos años en la Premier League, el balear, que debutó como profesional con el Mallorca en el año 2000, jugó en el Udinese, Watford, Galatasaray -uno de los equipos en los que más disfrutó-, Olympiacos; en Eslovenia actuó en el Zavrc y Koper, y el Tom Tomsk de Siberia. Sin duda, uno de los españoles que ha vivido más experiencias.
