Pese a las diversas declaraciones de los jugadores estos últimos días expresando confianza en las propias fuerzas, lo cierto es que el Espanyol vive un momento deportivo de alta tensión. Los dos amistosos disputados tras el stage en Murcia revelaron a las claras que el equipo dista mucho de lo que se esperaba en aras de retomar la competición de Liga con garantías de conseguir la permanencia.
En el ojo del huracán está Domingo Catoira. La plantilla que ha confeccionado es a todas luces insuficiente para afrontar lo que se avecina. Todo el mundo lo reconoce a nivel interno en el club. Para colmo, la planificación del mercado de invierno no avanza y el director deportivo pierde crédito a cada día que pasa sin cerrar ni un solo fichaje. Ha lanzado a la vez varias ofertas -casos de Montes y Hien– pero ninguna consigue cerrarse.
Existe un desconcierto importante en el seno del club sobre cómo abordar esta situación. Nadie mueve un dedo porque el que manda es Chen. Mao no ha tomado la iniciativa, aunque hasta su mesa empiezan a llegar ofrecimientos para relevar a la actual dirección deportiva. Las dudas entorno a Catoira y sus decisiones, crecen. Pese a que ha estado presente en el stage, el director deportivo no mantiene un contacto excesivo con los jugadores.
Tampoco nadie entiende por qué ha ido el Espanyol a realizar esta preparación a a tantos kilómetros de Barcelona, si no tiene nuevas incorporaciones para acoplar. Se trabajaba con la creencia de que al stage hubiesen asistido caras nuevas. En lugar de ello, durante el mismo, se vieron rostros de tensión, al ver que las cosas no fluyen y el juego del equipo, lejos de mejorar, involuciona. Se ha podido ver con claridad en los amistosos disputados, en los cuales pudo verse al entrenador muy tenso por el bajo rendimiento ofrecido por sus hombres. Puede tildarse el resultado de los partidos de anecdótico, pero la imagen ofrecida ante el Torino y especialmente el Mechelen, fue paupérrima por momentos. El panorama es ya más que preocupante.
Todas estas tensiones estallaron precisamente al término del partido contra el Mechelen. Diego Martínez y Catoira mantuvieron un agrio enfrentamiento ante diversos testigos de la plantilla y el staff. Las recriminaciones fueron mutuas y graves. Ambos están ante un momento que puede marcar negativamente sus carreras y el Espanyol, todavía peor, se halla ante la amenaza de un nuevo descenso.
La situación puede desembocar en ceses o en dimisiones. No se puede descartar que Diego Martínez decida arrojar la toalla viendo que vuelven a regatearle elementos para cuajar una plantilla en condiciones de salvar holgadamente la categoría. Tampoco que Chen, informado de la situación por Mao, tome cartas en el asunto y decida dar un golpe de timón en cualquier sentido. La cohabitación es otra alternativa a la espera de que lleguen los refuerzos y el equipo pueda dar señales de mejora. Se abre un compás de espera con el telón de fondo del retorno de la competición a la vuelta de la esquina.
En el programa de la ‘Grada Ràdio’ de este jueves 15 de diciembre hemos hablado y debatido sobre el tema largo y tendido. Puedes visualizar el programa en el vídeo adjunto a la noticia.