El inicio de campaña no está siendo el esperado para el Espanyol. El conjunto blanquiazul ha sumado tan solo dos victorias y viene de empatar en Mallorca. Los puestos de descenso acechan al equipo, y más después de los resultados de esta jornada, y el calendario antes el Mundial de Qatar no es nada positivo: visita a un Atlético de Madrid herido y duelo ante el Villarreal CF en el RCDE Stadium.
Diego Martínez ha repetido por activa y por pasiva que hay que reformular objetivos hasta llegar al ‘modo supervivencia’. En la rueda de prensa posterior al empate ante el RCD Mallorca, dijo que “hemos de ir como una hormiguita”. Y ello significa que cada punto es bueno. Mejor uno que ninguno. El técnico gallego es consciente de las limitaciones de la plantilla y lo que le cuesta sumar.
Es algo que hemos visto en varios encuentros a lo largo de la campaña. Lo intentó Diego Martínez contra el Valencia CF, al dar un paso atrás el equipo cuando volteó el marcador y poniendo en los últimos minutos una defensa de cinco con la entrada de Simo, pero el error de Álvaro Fernández castigó al Espanyol. La jornada siguiente en Cádiz el equipo volvió a dar un paso atrás tras lograr Joselu el empate a dos y los cambios en la recta final, con los ingresos al verde de Óscar Gil y Pol Lozano, tampoco es que tuvieran intención de ir a por el duelo.
También en el encuentro frente al Elche CF, pese a que con los cambios sobre el césped se volteó en un primer momento el marcador, las permutas fueron para guardar la ropa: se marcharon Edu Expósito y Puado, dos de los mejores futbolistas de la primera mitad, para dar entrada a Keidi Bare y Nico Melamed. Pero en Mallorca se vivió algo todavía más claro, cuando en el 82′ y con empate a uno en el marcador, Diego Martínez optó por dar entrada a Keidi Bare en lugar de Martin Braithwaite, teniendo a jugadores de ataque como Nico Melamed, que a punto estuvo de dar el triunfo ante el Elche CF con un balón al larguero en a última jugada del duelo, o Dani Gómez en el banquillo.