La ciudad es visible en su totalidad. Norte, sur, este y oeste. Desde sus calles, desde sus casas. Desde bares, tiendas y parques. Inevitablemente, uno mira y le encuentra. De alguna manera, sea uno o no creyente, se puede sentir un cierto calor protector. Un ‘manto’, como afirman in situ. Le surge de esas manos que lucen en una posición tan particular. Ellas amparan a todos y cada uno de los habitantes de Palencia. Una figura impresionante que corona con una elegante sencillez técnica. El Cristo de Otero resguarda a su querida urbe y a su ilusionado equipo.
Esta espectacular escultura, construida en 1930 y actualmente uno de los grandes atractivos de la localidad, es obra del palentino Victorio Macho (1887-1996). Con sus entre veinte y veintiún metros se trata de una de las estatuas de Jesucristo más altas del mundo, aunque por la zona, incluidos folletos, se la presenta con orgullo como la mayor. Por estas tierras la existencia de su homólogo en Río de Janeiro pasa de puntillas. Esta es la creación magna de un artista que renunció, ahí donde esté, a separarse de ella. A los pies del Cristo puede encontrarse el sepulcro de aquel que tanto amor le dedicó. Le acompañan las siguientes frases: “Mi última jornada: Aquí, a los pies de este Cristo, vino a descansar su autor. El escultor Victorio Macho”. No se trata de una iniciativa realizada por el Ayuntamiento o alguna asociación de la zona. Fue una decisión puramente romántica de quien mejor conoce cada rincón y detalle de su arte.
Viaje en autobús
La célebre figura, además de mezclar estilos como el art deco, cubismo y detalles que recuerdan a los tiempos antiguos de Egipto, da nombre a la ubicación en que se posa: el Barrio del Cristo. Aunque físicamente esté ahí, su presencia espiritual, nunca mejor aplicado, se amplía a toda la ciudad. Un ejemplo claro, y muy del día a día, son los autobuses. Si en Barcelona podemos anunciar la Sagrada Familia, por coger otro monumento religioso, en Palencia es la creación de Macho la que consta alrededor de todo el vehículo. Vayas donde vayas, podría decirse, Cristo está contigo. Y más moderno que nunca, pues desde 2014 tiene un sistema de iluminación que permite, incluso, el uso de focos de colores. Será mera casualidad, pero en la plantilla del próximo rival del Espanyol tienen a un futbolista que se relaciona directamente con la sagrada figura. Un defensa vallisoletano de 32 años que apenas ha disputado veintiocho minutos en lo que va de temporada: Obispo, Luis Obispo. Comprendan, y perdonen, que la broma no podía dejarse pasar.
Los blanquizales jugarán contra un oponente, el Club Deportivo Palencia Cristo Atlético, que buscará dar la sorpresa encomendándose a la ilusión, fortuna y Jesús. La categoría, Segunda RFEF, no tiene por qué hacerlo imposible. Una ciudad protegida por una estatua y el incondicional amor de su autor, ambos juntos e inseparables por los siglos de los siglos. Para ellos, y siempre con respeto por las creencias que cada uno pueda tener, la posibilidad de superar a un histórico de Primera división como es el conjunto perico no deja de ser una cuestión de fe.
No conozco al redactor, pero simpática descripción, respetuosa y bien construida. Subiendo el nivel de la web… aunque eso no sea decir gran cosa, desgraciadamente…
Pues como tenga la proteccion del de arriba lo tenemos crudo. Para tenerlo crudo en general necesitamos poca cosa