No hubo tormenta, a dos días para la Junta de Accionistas, por un nuevo tropiezo, sino un triunfo que llegó como agua de mayo y ha de ser el punto de inflexión del equipo. Había que ganar sí o sí, y el equipo recuperó sus mejores sensaciones y volvió a enganchar a la afición. Al Espanyol solo le valía la victoria ante un Levante que venía reforzado moralmente. Y para buscar los tres puntos, Sergio introdujo hasta cautro novedades respecto al último once que jugó en San Mamés.
En los primero minutos ya quedó claro que las sensaciones eran distintas. Había mucha intensidad, ya que el estado del terreno de juego obligaba a dejárselo todo. Y pronto llegó el primer aviso. Se cumplía el 7’ cuando Sergio García ya pudo inaugurar el marcador, pero Mariño se mostró acertado. La suerte que le faltó al capitán la tuvo Morales para cazar un balón e inaugurar el marcador. En 11’, el madrileño, libre de marca, aprovechó un rechace de Kiko tras un remate de David Navarro. Todo un jarro de agua fría que dejaba a los pericos cerca del abismo. Pero, a diferencia de otras ocasiones, los blanquiazules no acusaron el duro golpe y reaccionaron a la perfección. Todos eran consciente que este partido no se podía escapar.
Ni los jugadores ni la grada bajó los brazos. Quedaba mucho por delante y nada estaba perdido. Así que los pericos se fueron decididamente a por la remontada. Y el tanto del empate no tardó. Solo 7 minutos después de recibir ese duro mazazo, Lucas Vázquez, tras robarle la cartera a Sissoko, remató desde la frontal y Caicedo cazó el balón, y con mucha clase y tranquilidad superó a Mariño con un disparo ajustado. Un tanto clave para evitar que aparecieran los nervios.
Este empate dio alas a un Espanyol que empezó a creérselo. Una gran asistencia de Salva Sevilla no pudo ser aprovechada por Lucas que, tras un gran control, remató algo alto. Los blanquiazules iban a más, aunque los granotas pudieron sacar petróleo en otra acción aislada, pero el árbitro anuló un gol a Casadesús por fuera de juego.
Una acción que sirvió para que nadie se relajara. Quedaba aún mucho trabajo por delante. El Espanyol tocaba el esférico con criterio y llegando con peligro. Y en medio de los que, seguramente, fueron los mejores minutos de la temporada llegó el segundo tanto. En una nueva recuperación de Víctor, Lucas asistió para Sergio García, quien dejó clavado a sus dos marcadores con una finta y se sacó un zurdazo desde la frontal que superó a Mariño. Todo un golazo que daba confianza para la segunda parte.
Tras el descanso, el partido se equilibró. Salva Sevilla lo intentó con un lanzamiento de falta, pero fue Morales el que tuvo la mejor ocasión. Remató fuera desde el punto de penalti. Con el paso de los minutos, la intensa lluvia empezó a hacer mella en los jugadores; el terreno de juego cada vez estaba más pesado. No había que arriesgar, así que Sergio apostó por una defensa de cinco con la entrada de Álvaro. El equipo aguantó bien, no sufrió en exceso y se llevó un merecido triunfo.
Ficha técnica:
RCD Espanyol: K. Casilla, Víctor S., Salva S. (Álvaro, min.67), Sergio García, J.A. Cañas, Lucas V. (Abraham, min.85), Fuentes, Colotto, Caicedo (Stuani, min.78), Arbilla y E. Bailly.
Levante UD: Mariño, Iván López, Navarro, Vyntra, Barral, Morales, Nikos (Toño García, min.45), V. Casadesús, Ivanschitz (El Zhar, min.72), Sissoko (Simao, min.69) y P. Diop.
Árbitro: Sr. Carlos del Cerro Grande (C. Madrileño). Por parte del Levante, enseña tarjeta amarilla a Ivanschitz (min.33), Navarro (min.50), Barral (min.80). Por parte del Espanyol, a J. A. Cañas (min.84), Arbilla (min.90).
Goles: 0-1, Morales (min.11); 1-1, Caicedo (min.18); 2-1, Sergio García (min.34)
Incidencias: 12.723 espectadores. Antes del inicio del partido se guarda un minuto de silencio por Gabriel Jorge (Jorge) exjugador del RCD Espanyol (1939-1947).