Se desangra el Espanyol. Un equipo que llegó a ser segundo en la jornada nueve, encadena cinco derrotas y está a una sola de igualar la peor racha histórica en competición casera. Lo hace, además, con malos números: tres goles marcados y 15 encajados en el periodo indicado. Del cielo al infierno en mes y medio. Y el próximo sábado, al Wanda Metropolitano. No hay luz al final del túnel…
El Espanyol quiso volver a ser el Espanyol tras dos encuentros irreconocible, pero el Betis fue ‘musho’ Betis. En el duelo entre dos de los equipos que mejor tratan el balón en la competición, Quique Setién le ganó la partida a Rubi y los verdiblancos remontaron la diana inicial de Sergio García. Fue la tercera vez esta campaña que al cuadro perico le voltean un marcador a favor; ya ocurrió en Mendizorroza ante el Alavés y en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla, con derrota por 2-1 en ambos encuentros. Curiosamente, en el último duelo citado dio inicio el mal momento que vive actualmente el Espanyol.
Otro de los puntos en común con, al menos, el partido frente a los babazorros, es la proximidad de los tantos encajados. Ante los de Abelardo, las dianas rivales llegaron en dos minutos, al igual que los dos primeros tantos en la derrota ante el Girona (1-3). Contra el Betis, los dos últimos goles se encajaron con una diferencia de seis minutos, y en la anterior jornada, contra el Barça, entre el primero y el segundo únicamente pasaron nueve minutos. Los goles pesan demasiado en el equipo, sin duda. Además, los tantos finales de Tello y Óscar Duarte en propia puerta llegaron en el minuto 86’ y 92’, cuando hasta el partido frente al cuadro andaluz tan solo se habían encajado tres dianas en el último cuarto de hora de juego. Tal y como estaba el partido, dura cinco minutos más y marca hasta ‘Palmerín’, la mascota del Betis.
Un agujero
Rubi dijo en su presentación que prefería “ganar por 3-2 que 1-0”, una frase que a todos nos gustó en el momento de citarla pero que ya no nos agrada tanto. Porque entre el fútbol de ataque que propone el de Vilassar de Mar y el de protegerse desde el primer minuto de juego de Quique Sánchez Flores hay un término medio que hay que encontrar, ya que si solo juegas a buscar el gol y descuidas la defensa te puede pasar lo que lleva ocurriendo las tres últimas jornadas. Con los tres tantos encajados frente al Betis ya son tres jornadas como local encajando dicho número de goles o más, algo que en las diez campañas que lleva el Espanyol en su nueva casa tan solo ha ocurrido en dos ocasiones, en los cursos 2012-13 y en el 2016-17. En el primero citado, fueron cuatro si le añadimos un 0-3 copero frente al Sevilla, aunque en competición liguera solo se han recibido tantos goles en una jornada más de las que se llevan actualmente. Fue en la 2015-16, cuando se perdió ante Real Madrid (0-6), Real Sociedad (0-5), Betis (0-3) y Atlético de Madrid (1-3). Los números no invitan al optimismo, pero ni antes el equipo era tan bueno ni ahora es tan malo. La pasada campaña, el Huesca de Rubi se pasó ocho jornadas seguidas sin ganar y ya sabemos como acabó.