Nuevo revés para el Espanyol, esta vez si cabe más doloroso que los anteriores debido a que se escaparon dos puntos cuando los veíamos en el saco. Un gravísimo error de Álvaro Fernández, que ya dio muestras minutos antes de lo que podía suceder, propició un empate final que ni el propio goleador, Cömert, se creía. Y que, por otra parte, podía no haber subido al marcador ya que en el instante del segundo gol del Valencia CF había dos balones en el terreno de juego.
Con Fernando Calero en el lateral derecho como gran novedad, Diego Martínez volvió a apostar por el 4-3-3 que había dejado guardado en un cajón. Pero el Espanyol no acabó de funcionar y los entrenamientos realizados durante el parón internacional no parecieron servir. Los de Genaro Gattuso tenían claro por dónde atacar, y Calero sudó sangre con Samu Lino. Por la otra banda, Samu Castillejo apenas apareció.
¿Y en ataque? Poca cosa. El Espanyol arriba es Joselu y los chispazos de Braithwaite. Poco más, porque Puado no está, aunque se le espera. El ex del Alavés lo luchó todo, como ya es habitual en él, mientras que el danés puso a prueba a Mamardashvili con un tiro seco que rechazó el meta. En lo que respecta a los demás, un Darder apagado, un Edu Expósito presionando y con buenas intenciones pero poco más y un Vini Souza anárquico que no es ni la sombra de lo que mostró cuando llegó.
La cosa cambió tras el descanso. Y eso que Vini puso la guinda a su mal partido permitiendo a Gabriel Paulista rematar a gol un centro desde la esquina. Primer Joselu, demostrando que él también sabe fabricarse solito los goles, y luego, tras varios acercamientos, Darder con un disparo que hizo un extraño y dejó sentado al portero rival.
Parecía que los tres puntos, los trabajados tres puntos, se quedarían en el RCDE Stadium, más todavía cuando Marcos André se autoexpulsó por una caricia en la cara a Vini. A todo esto, Álvaro Fernández salvaba con buenas intervenciones, pero pronto todo daría un giro de guión.
Y es que Braithwaite vio la roja por un manotazo sin balón que recordó al de Sergi Gómez sobre Sergio Camello en el Espanyol – Rayo Vallecano de la jornada 2. Diego Martínez, que había decidido dar un paso atrás y reforzar la zaga con la entrada de Simo situándolo en una defensa de cinco, veía como los che se acercaban cada vez más y Álvaro Fernández salvaba milagrosamente un disparo de Nico que el mismo guardameta había convertido en gran ocasión al no lograr atrapar el balón en un primer momento. Y así llegó el drama, una jugada que refleja lo que está siendo el Espanyol en las primeras jornadas. Álvaro hizo vista tras un despeje a la nada de Cömert y encajó otro gol inexplicable por segunda jornada consecutiva.
Octubre empieza para el Espanyol con mal sabor de boca. No por el resultado, que no acaba de ser malo, sino por cómo se dio. Los errores individuales de los que tanto hablan los jugadores y que debían ser sencillos de solucionar siguen produciéndose. Y siguen costando puntos. ¿A quién le tocará en Cádiz?