David López se quedó en el Espanyol para devolver al equipo a Primera y asumió la responsabilidad de ser el capitán de la plantilla en uno de los momentos más complicados de la historia del club. El de Sant Cugat, tras lograr el ascenso, vuelve a sonreír. El canterano, que se ha emocionado bastantes veces durante estos días, se ha podido quitar un gran peso de encima. Se ha liberado de una gran responsabilidad y ahora sueña con poder lograr el campeonato. En Zaragoza arengó al equipo como nunca, ya que tenía muy claro que quería lograr el objetivo cuanto antes y regresar a Barcelona celebrándolo. David López concedió esta entrevista a La Grada antes del partido contra el Cartagena.
David, ya somos de Primera. ¿Cómo estás viviendo esta semana?
Con mucha felicidad. Ya han pasado algunos días desde que logramos el ascenso y sigo muy emocionado. Cuando veo alguna imagen o escucho alguna narración del final del partido se me ponen los pelos de punta.
¿Qué es lo primero que te vino a la mente cuando Pulido Santana pitó el final del partido en Zaragoza?
Mi familia, obviamente, que son los que lo han vivido conmigo y toda la gente que siempre ha estado detrás dándonos apoyo y que nunca nos ha dejado solos. Después me pasaron imágenes de todo el sufrimiento del año pasado y de lo difícil que ha sido este curso. Fue un flash rápido de distintas situaciones que pronto se transformaron en emoción.
Y tras un gran momento de felicidad con la plantilla, llegó la celebración con la afición. ¿Había ganas de ese reencuentro?
Muchas. Esperábamos que hubiera gente, pero, sinceramente, no tanta. El recibimiento que tuvimos fue espectacular, pero no solo el del pasado domingo. Lo que ha hecho la afición durante todo el año con los recibimientos, las ‘motadas’… ha sido muy grande. Nos han dado la fuerza que nos faltaba para que tuviéramos este impulso final que nos ha llevado a Primera.
La afición os está acostumbrando muy bien haciendo que parezca que este tipo de iniciativas y apoyo sea lo normal. Aunque la realidad es que esto no es lo habitual, ¿verdad?
Su comportamiento es de agradecer y siempre lo he dicho. Estamos muy orgullosos de ellos. En el estadio los hemos echado mucho de menos, para que nos animaran desde dentro y pudieran disfrutar de las victorias, pero en ningún momento nos hemos sentido solos. Los hemos notado siempre cerca, ya que no han parado de animarnos desde la distancia. Y esto es de agradecer y no se olvida.
Las redes sociales se inundaron de felicitaciones de exjugadores del Espanyol y me imagino que te han llegado muchos mensajes. ¿Ha habido alguno muy especial?
En general todos. Me ha escrito muchísima gente, excompañeros, exentrenadores… No hay uno en concreto. Les estoy muy agradecido a todos. He tardado varios días en responderles a todos, así que imagínate la cantidad de felicitaciones que he recibido.
Te hemos visto varias veces emocionado durante estos días, pero la primera, según nos han contado, fue antes de saltar al terreno de juego de La Romareda al dirigirte a tus compañeros. ¿Qué le dijiste al equipo?
Fue un día de muchas emociones. En los últimos minutos del partido, ya se me cayó alguna lágrima. La noche antes ya me costó dormir. No estaba nervioso, pero ya tenía ese hormigueo en el estómago. Siempre doy un pequeño discurso, para intentar motivar al equipo y salir más enchufados a los partidos, que es muy importante. En Zaragoza, como era imposible motivar más, intenté que recordaran que llevábamos diez meses trabajando muchísimo y sacrificándonos. Que el camino había sido muy duro y tuvimos que superar obstáculos complicados y que se acordaran de toda la gente que ha estado detrás. Les dije que estábamos a 90 minutos del objetivo y que quería regresar a Barcelona celebrando el ascenso.
¿La alegría de este fin de semana compensa el sufrimiento de toda la temporada?
No. Estoy convencido. Jugadores, sobre todo los de la casa, y afición lo hemos pasado muy mal. Pese a que ahora hemos vivido una gran alegría, no compensa por todo lo que hemos pasado.
La temporada dejará números muy positivos, pero, pese a lograr el objetivo, ¿se puede guardar un buen recuerdo de este curso en Segunda?
En cuanto a cifras nos estamos quedando con este tramo final, pero no se puede olvidar que en la primera vuelta logramos 45 puntos que, quizás, ahora no conseguiremos. Lo que pasa es que este tramo final ha sido brutal, encadenando 15 jornadas sin perder, 15 partidos marcando, muchas porterías a cero… En la primera vuelta tanto Mallorca como Almería aguantaron un ritmo que ahora no han podido seguir. Y aquí es donde hemos marcado diferencias e incluso algunos pueden pensar que ha sido fácil. Es una temporada prácticamente excelente en cifras. Esta temporada la recordaré por todo lo que ha pasado, ha sido especial, aunque ha sido un curso en el que no he disfrutado porque no puedo hacerlo si el Espanyol está jugando en Segunda.

Desde el inicio todos nos colgaron el cartel de claros favoritos. ¿Cuesta jugar con tanta presión sabiendo que no puedes fallar nunca?
Es complicado, pero detrás hemos tenido un trabajo mental brutal. Los jugadores éramos conscientes de que teníamos que regresar a Primera este año. No sabíamos las consecuencias que habría si no lo lográbamos, pero éramos conscientes de que estas serían muy malas para todos. Por eso afrontamos cada partido con la obligación de ganar. Hasta este tramo final ha sido complicado y lo más importante es que hemos sabido superar los malos momentos puntuales que hemos tenido durante el curso.
¿Cuál ha sido para ti el momento más complicado de la temporada?
Obviamente después de empatar en Miranda. Salíamos de los puestos de ascenso directo, cada vez quedaban menos partidos y empezó el nerviosismo en la afición y prensa. En el vestuario siempre tuvimos las cosas muy claras y por eso quise salir tras ese empate a transmitir confianza. Nosotros veíamos como entrenábamos y físicamente estábamos muy bien. Las sensaciones que teníamos en la plantilla me hacían estar tranquilo porque sabíamos que los resultados llegarían. Tenemos un gran entrenador, una buena plantilla y de la manera que estábamos entrenando los resultados tenían que llegar.
Vicente Moreno ha cambiado totalmente la mentalidad del equipo. ¿Su papel ha sido fundamental en el ascenso?
Totalmente. Ha sido clave para lograr el objetivo. Fue muy valiente al aceptar el reto, ya que no era fácil sabiendo la responsabilidad que comportaba coger al equipo en ese momento. Él estaba convencido de ascender y así nos lo transmitió. Nos dijo que lo primero que quería cambiar era la mentalidad. Nosotros veníamos con muchas dudas tras un año en el que no fuimos capaces de ganar a casi nadie y no sabíamos quienes seguirían y quienes no en la plantilla. Era una situación muy complicada y ya en pretemporada se vio a otro equipo.
¿Cómo se cambia tan rápido la mentalidad de una plantilla?
Son momentos y situaciones que nos ha ido transmitiendo durante los entrenamientos, con charlas… Nos ha insistido en pensar solo en ganar y no buscar los empates. Nos ha sabido transmitir una mentalidad ganadora.
A parte de Vicente Moreno, el compromiso e implicación de la plantilla también ha sumado mucho…
Desde el primer día. Las cifras en cuanto a kilómetros corridos, intensidad, volumen de trabajo… lo reflejan porque estamos por encima de todos los equipos. Una de las cosas que me preocupaban al empezar la liga era como reaccionaríamos los jugadores a la Segunda división, una categoría que algunos no habíamos pisado nunca. Pero la implicación ha sido total. Y esto lo han destacado muchos entrenadores rivales al manifestar que el Espanyol tiene muy buenos jugadores, pero que una de sus características más importantes era que corríamos mucho. Creo que el último técnico en destacar esto fue Pellicer, entrenador del Málaga al manifestar que “el Espanyol juega como los ricos y defiende como los pobres”. La implicación de todos, tanto en el aspecto defensivo como ofensivo, ha sido una de las claves. Los capitanes insistíamos en que no por ser un club histórico, tener el mejor estadio y afición de Segunda íbamos a ascender, que para lograrlo había que trabajar mucho y salir siempre a ganar.
El único plan que tenía el club era el ascenso y ya se ha conseguido, pero aún quedan objetivos por delante. ¿Sueñas con levantar el título?
La verdad es que sí. Yo tenía muchas ganas de regresar a Primera, y ahora lo que quiero es ganar la Liga. Me imagino levantando la Copa.
Ganar el título, Pichichi y Zamora no es un sueño, sino una realidad posible. ¿Qué significaría?
Una gran ilusión y sería muy merecido en una temporada tan buena en el aspecto colectivo e individual. Y también Adri Embarba podría acabar como el máximo asistente de la categoría. Vamos a pelear por todos estos objetivos en estas cuatro jornadas que quedan.
Asumiste en brazalete de capitán en uno de los peores momentos de nuestra historia. En nada ya lo podrás llevar en la categoría que se merece el club…
Desde pequeño sueñas con jugar en el primer equipo del Espanyol, así que imagínate lo que significa llevar el brazalete para alguien de la casa. Para mí no fue fácil llegar al primer equipo como algunos de los canteranos que están ahora y muchas veces les explico que yo tuve que salir al Terrassa, Leganés y Huesca hasta consolidarme aquí. Me costó muchísimo. Me ha tocado coger la responsabilidad en uno de los peores años de la historia del club, bajando a Segunda y con la crisis de la Covid-19, y ha sido algo durísimo. Ha sido una responsabilidad muy grande, pero estoy orgulloso de haberla aceptado.
De los 27 jugadores que habéis tenido minutos 14 os habéis formado en la Dani Jarque. No hay dudas de por dónde ha de pasar el futuro del club, ¿no?
La historia lo dice muy claro y así ha de seguir siendo. Muy pocos equipos tanto en Primera como en Segunda tienen el número de canteranos que tiene el Espanyol y esto es algo que te aporta un sentimiento extra. Para mí es muy fácil transmitir este sentimiento a los chicos de la casa y que ellos contagien al resto. Esto ha sido algo muy importante este curso y así ha de ser siempre, estemos en la situación que sea.
Pensando en futuro, ¿podemos vivir tranquilos con esta plantilla en Primera?
No lo sé. Sinceramente ahora no pienso en el futuro, ya que quiero disfrutar de esto. Lo que sí me gustaría es que todos los jugadores que han sido importantes pudieran seguir aquí.
Algo me dice que David puede irse este verano. Tal vez por su elevada ficha o por decisión propia, ya que cuando habla da la sensación que se comprometió a subir al equipo y ya ha cumplido su misión, que no piensa en seguir. Igual me equivoco, yo creo que tiene que continuar y ser el capitán en primera.