Diego Reyes. El hombre por el que suspira Quique Sánchez Flores y que cada vez parece estar más lejos de volver al Espanyol, aunque en esta ocasión como fichaje y no cedido como en la temporada anterior. Pasan los días y, pese a que se habló de que el propio jugador tendría un preacuerdo firmado con la entidad perica para quedarse, la realidad es que sigue en la disciplina del Oporto inmerso en la pretemporada.
Son varios los equipos que han mostrado su firme interés por hacerse con sus servicios. Uno de los que se ha mostrado más interesado, el Stuttgart, lleva mucho tiempo insistiendo para incorporarle y ahora habría aumentado su puja, ya que, tal y como ha trascendido, el club alemán estaría dispuesto a poner 10 millones de euros sobre la mesa tal y como apunta ‘A bola’. Cifra que sería del agrado del club portugués, que haría una buena caja tal y como estaba previsto, pero al parecer el jugador no estaría por la labor de jugar en la Bundesliga. Las últimas informaciones apuntan que hora querría quedarse en el club portugués y luchar por ser titular tras dos años en LaLiga española, periodo en el que ha rendido a un alto nivel. Y así lo asegura su entorno, que insiste en que en la mente del central mexicano ahora estaría convencer a Sergio Conceiçao y pelear con los ‘Dragones’ por acabar con la hegemonía del Benfica en la competición doméstica lusa. Precisamente ayer disputó sus primeros minutos con el Oporto en el triunfo ante el Deportivo por 4-0. Choque en el que ingresó en el terreno de juego en el minuto 59.
Un día blanco y otro negro
Donde dije digo, digo Diego. Tal cual. Las declaraciones y actuaciones tanto del jugador como de su representante están resultando un tanto desconcertantes así como desesperantes para la hinchada perica. Y es que primero aseguró querer quedarse en el Espanyol, pero pasó el plazo en el que el club espanyolista tenía preferencia en su fichaje y luego su representante pospuso la decisión final de su futuro a cuando se acabara la Copa Confederaciones. Pero no fue así y finalmente el mexicano tuvo que volver a su club. Y fue entonces, a su llegada, cuando declaró que ahora su cabeza estaba en el Oporto y que “estoy feliz de volver a una institución que me ha dado la oportunidad de ir a Europa y creo que me hace falta devolver todo lo que me han dado”. Unas declaraciones, que quizás sean para quedar bien y no levantar ampollas en su club, pero nada alentadoras para un Espanyol que no se olvida de él y que le sigue teniendo en la lista de futuribles para reforzar el eje defensivo. Aunque también es verdad que tal y como apuntó el director deportivo Jordi Lardín, se barajan otras opciones. Hay plan B por si finalmente el deseo de incorporarle no se acaba cumpliendo.
Su caso ha dado un incontable número de giros, por lo que no se puede descartar nada, ya que puede haber más sorpresas.