No hay manera. En Balaídos no se encajó un gol en los primeros minutos, como había pasado en tres de los últimos cuatro encuentros, pero las sensaciones fueron las mismas. Los espanyolistas siguen sin ofrecer el fútbol esperado y la situación ya se está alargando demasiado. Y empieza a ser preocupante. Al equipo, que ha mejorado un poco en el aspecto defensivo, ahora le cuesta generar juego y crear ocasiones. En las últimas tres jornadas, solo ha anotado un tanto, el de Gerard Moreno la semana pasada que sirvió para salvar un punto ante un Levante que llegó a Cornellà como colista.
El flojo partido de ayer fue muy comentado por una afición que se mostró muy crítica y disgustada. Y es que el Espanyol está yendo claramente a menos. Los blanquiazules tenían un inicio de calendario muy complicado, pero, precisamente en esa fase fue cuando mejor rindieron. En las cinco primeras jornadas se lograron nueve puntos sobre quince gracias a los triunfos ante el Getafe, Real Sociedad y Valencia, mientras que se perdió en Villarreal, en un encuentro que se empezó ganando, y ante el Real Madrid en casa. Al finalizar la quinta jornada, estaban sextos en la tabla. Eran buenos tiempos e incluso se podía pensar en hacer una gran temporada. Los triunfos consecutivos en Anoeta y en Cornellà contra el Valencia ilusionaron a la afición. Pero pronto todo empezó a cambiar. Los resultados se resistían y se fueron perdiendo posiciones en la tabla. En estas diez últimas jornadas, en las que los espanyolistas debían haber dado un salto de calidad y demostrar que, como muchos jugadores han dicho, se podía aspirar a dar un pasito más que el año pasado, el equipo ha mostrado su peor cara. La de un conjunto al que le cuesta crear juego y que da la sensación de que no sabe bien a lo que juega. Pero sucedió lo contrario.
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