La marcha del Espanyol está siendo espectacular en este arranque liguero. El conjunto de Rubi está demostrando haber logrado un equilibrio ataque-defensa muy bueno y de ahí a estar firmando un buen papel en las dos áreas. Pese a ello, es un tanto paradójico ver como tarda bastante en empezar a encarrilar los encuentros, por lo que el hábito es de madurarlos y no precipitarse. Y es que si analizamos los minutos en los que el cuadro perico ve puerta, veremos como en los primeros compases solo han logrado marcar en dos ocasiones. Borja Iglesias ante el Rayo en el minuto 19 y Hernán Pérez ante el Villarreal todavía más temprano, en el 7’. A parte de estos dos, si se ha marcado en la primera mitad ha sido en el tramo final. Por lo tanto, de los 13 goles, 11 no han llegado antes del minuto 40.
Golpe psicológico
De los 13 goles que ha marcado el cuadro perico, es destacable que cuatro de ellos, lo que supone un 66% de la primera mitad- hayan llegado al filo del descanso, siendo, teóricamente, un duro varapalo para el rival, pues tenía que esperar hasta la reanudación para tratar de enmendarlo. Y decimos teóricamente porque fuera de casa, pese a que los de Rubi lograron adelantarse ante el Celta, Alavés y Rayo, después vieron como les igualaban en Vigo y Vallecas, o como les remontaban en Mendizorroza. Por lo que eso de marcar al filo del descanso, aunque pueda parecer lo contrario, no le ha allanado el camino al cuadro perico.
En cambio, es en las reanudaciones cuando más marcan los de Rubi con siete dianas. El más tempranero en este periodo fue el de Sergio García ante el Levante, ya que el resto han llegado superada la hora de jugo. En el 63’ y 64’ han marcado Granero (Valencia) y Borja Iglesias (Huesca), y en el 68’ han coincidido el Panda (Valencia) y Mario Hermoso (Eibar). Y los más tardíos hasta ahora han sido los que certificaron el valioso triunfo ante el Villarreal de Darder, en el 79’ y finalmente en de Piatti en el descuento, 92’.