Hablar de Sebastián Losada evoca a la UEFA del 88. A la trágica final de Leverkusen, a esa fatídica tanda de penaltis de la que él tomó parte. Pero también es hablar de una de las mayores promesas del fútbol español que se retiró prematuramente. De un joven futbolista que en su temporada cedido en el Espanyol dejó muy buen sabor de boca y se hizo un nombre. Y con motivo del partido de esta tarde ante el Atlético, entidad en la que también militó el delantero madrileño, pero con un balance muy distinto, desde La Grada hemos querido hablar con él para rememorar su paso por la entidad perica, de la que asegura guardar un grandísimo recuerdo: “Sin duda el Espanyol me marcó mucho y para bien. Todo lo que recuerdo es positivo, incluso esa mítica final, que pese a que no logramos salir airosos, fue un regalo para todos”.
Como les decíamos, Losada, apodado como ‘Pipiolo’, fue cosa del mítico Javier Clemente, prometía mucho. Fue buscando su sitio y defendiendo la elástica del Celta alcanzó la selección. Lo tenia todo, pero a los 27 años decidió retirarse. Algo que como él mismo nos confiesa “ya llevaba tiempo valorando y justo en esa concentración para jugar ante Uruguay tomé la decisión de dejar el fútbol”. Tenía mucho todavía por dar, pero él admite que “sentí que mi carrera deportiva había acabado. Fue algo muy madurado y para nada me arrepiento. Había disfrutado mucho, obviamente también había vivido momentos amargos, pero pensé que era hora de dejarlo, decidiéndolo yo y en un buen momento”. Y así fue, tras una trayectoria corta pero intensa, el madrileño decidió colgar las botas y centrarse en su carrera como abogado, profesión que sigue ejerciendo a día de hoy.
El Espanyol le dejó huella
De su temporada cedido en el Espanyol, Losada destaca que “me encontré a una generación de gente estupenda. Un grupo tremendamente implicado y unido que hizo historia. Por encima de todo éramos compañeros y creo que eso propició que llegáramos a esa final y viviéramos unas eliminatorias mágicas, especialmente en Sarrià arropados por nuestra gente”. Recuerda ese año con mucho cariño, pero también a la figura de Javier Clemente, “un entrenador que me marcó mucho y fue de los más importantes de mi carrera. Creo que fue el técnico idóneo por la época en la que me encontraba; con 19 años, debutante en Primera, con una competición europea de por medio… Me ayudó a crecer y a dosificarlo todo como era debido. Me hizo esperar para que me ganara un puesto a media temporada cuando en pretemporada parecía ya que me iba a comer el mundo. Tuvo mucha paciencia y me ayudó mucho”.
Y hablando de Clemente, y más tras la revelación que hizo él recientemente sobre lo que le dijo antes de la tanda de penaltis, es pregunta obligada saber cómo lo vivió él: “Lo recuerdo todo perfectamente, cómo lo fallé. Me sorprendió que me dijera que iba a tirar un penalti, yo, tan joven… Y después me dijo que chutara a romper, algo que también me recalcó Pichi. Yo nunca había chutado así una pena máxima, pero pensé, pues hazlo. Y llegado el momento, empecé pensando en hacerlo, pero a medida que me iba acercando al balón dudé, y eso fue precisamente lo que me hizo fallar. Por la cabeza me pasaba el ¡dale una ostia de Clemente! Y eso hice”.
De esa final, Losada, sobre algunos de los entresijos, nos revela que “fíjate si estábamos confiados, algo ‘normal’ tras el 3-0 de la ida -él marcó dos de los goles- y estando 0-0 al descanso, que en el vestuario incluso alguien que ahora no recuerdo quién fue nos habló de lo que teníamos que hacer tras el final del partido para recoger la Copa! Y luego va y se tuerce todo…”. A lo que añade que “sinceramente creo que la suerte que nos sonrió durante todas las eliminatorias que íbamos pasando, en las que siempre nos pintaban como el débil y pese a ello seguíamos adelante, en la final se acabó y se dio todo lo contrario”. Admite que “fue un mazazo, es innegable, pero lo recuerdo con cariño y como un privilegio. Fue una experiencia que jamás olvidaré”.
Se necesita un buen año
Pese a que Sebatián Losada admite estar al día de sus exequipos, tampoco esconde que “no soy de ver mucho fútbol, prefería jugar que verlo”. Pese a ello, cree que el Espanyol esta temporada “ha demostrado tener argumentos y estar sentando una buena base de cara al futuro”, y que ha sido “una pena no poder darle continuidad al gran arranque de curso”. Pues a su entender lo que necesita este club para dar el salto definitivo es, “a parte de invertir en jugadores de garantías que incrementen el nivel de una plantilla que me gusta mucho”, también realizar “una temporada revelación de inicio a fin, sin bajones”.
